Cultura

Conocer el pasado, el patrimonio y el entorno natural de la mano de Bergmann

  • 15 niños disfrutan de una jornada organizada en Tarifa por la Consejería de Cultura

De un tiempo a esta parte se viene hablando, y mucho, de los abrigos naturales, de su localización protección y puesta en valor. El motivo no es otro que el esfuerzo de Lothar Bergmann por conseguir que las autoridades sean sensibles al enorme potencial documental y gráfico que suponen los numerosos abrigos con pinturas rupestres que se extienden por lo largo y ancho del término municipal.

Hace unos días nos congratulábamos de la medida adoptada por la Consejería de Cultura de "enrejar" la cueva de Los Alemanes un valioso "escaparate" del arte paleolítico del arco mediterráneo. El sábado, la consejería volvía a mostrar su decidida apuesta por preservar y dar a conocer estos yacimientos arqueológicos mediante la celebración de unas jornadas de conocimiento de los abrigos dentro del ámbito del parque natural del Estrecho. La jornada se enmarcó dentro de los actos programados por la Consejería para conmemorar los 20 años de la puesta en funcionamiento de la Ley de Espacios Naturales Protegidos, y fue en el punto de información del parque, en La Peña, donde se llevó a cabo una tarea que a la par de ociosas, llevaban implícitas un componente didáctico . Y es que hay que conseguir que sean las generaciones venideras las que conozcan la importancia de estos abrigos para que se reconozca la importancia de salvaguardarlos.

En el día de ayer, un grupo de niños y niñas se acercaron hasta el punto de información para atender la amena charla que Lothar Bergmann desarrolló sobre nuestros orígenes y nuestros antepasados. Sus costumbres, su forma de vida. Cómo eran y que hacía, tuvieron por espacio de 20 minutos intrigados a los pequeños que tras la charla de Bergmann pasaron a desarrollar una tarea más divertida, la de elaborar con sus manos imitaciones de las pinturas rupestres. Ante las explicaciones de los monitores de "Viento y Marea" los pequeños pudieron entender cómo pintaban sus cuevas nuestros ancestros.

Huevos, bayas silvestres, moras, arcillas de colores, palos, lascas y pelo de caballos, sirvieron para crear pigmentos y pinceles con los que posteriormente decoraron una recreación de las paredes de uno de los abrigos rupestres, entre otras divertidas actividades.

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