El artista linense Pepe Cano regresa a su tierra con su colección Trabajos para un crisis I. Se trata de la primera parte de una idea en la que el creador divaga a través de 21 obras donde deja ver su gran trabajo con el óleo, el acrílico, el lápiz de grafito, los pigmentos y el carboncillo, y todo ello sobre un soporte: el papel.

Su personalidad adquiere confianza ante el espectador con una carga figurativa que le hace recorrer un estilo expresionista que atrapa la mirada y precisamente con eso, la mirada. Ese sentido al atisbar cualquier rincón del cuadro hace que el observador fije la altura de sus ojos sobre lo que precisamente observa el personaje que punta Cano. Utiliza colores vivos, a medio camino entre lo terrenal y lo irónico.

Los conceptos básicos se configuran como marco diagonal del objetivo que transmite. El azul y el rojo toma más intensidad sobre los colores más vacíos como el marrón y el blanco. Sin duda el linense obtiene con su creación "personajes que son seres normales, que o bien manifiestan su acendrada soledad, o bien ejecutan un diálogo de sordos con esos símbolos que estructuran la línea argumental de sus obras", tal y como precisa de su obra el crítico de arte Bernardo Palomo.

Pepe Cano es un artista en continuo trabajo, habiendo realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas y con un bagaje de premios y adquisiciones para colecciones públicas y privadas muy interesante. Ha expuesto en diferentes galerías de Andalucía, como Cádiz, Málaga o Granada, y cuenta con otras tantas colectivas que le han llevado hasta Portugal o Nueva York. Además ha recogido numerosos premios de pintura que le han llevado a recibir el reconocimiento a través de esa intensa creación mediante personajes surrealistas.