Clint Eastwood cosechó ayer por El cambio, protagonizada por Angelina Jolie, la más fuerte ovación recibida hasta ahora por una película a concurso en la presente edición del Festival de Cannes. El veterano director se ha convertido en uno de los más serios candidatos a la Palma de Oro.

En un suburbio modesto de Los Angeles, Christine Collins (Jolie), empleada de una firma telefónica que cría sola a su hijo Walter, no encuentra a éste en la casa un día al volver de su trabajo. El niño ha desaparecido. Unos meses después, la policía le trae a un niño que afirma que es Walter, pero Christine no reconoce a su hijo y trata de convencer a las autoridades policiales de que sigan buscando.

Como Mystic River, película con la que Clint Eastwood participó en Cannes en 2003, o Million Dollar Baby, El cambio se construye como una tragedia clásica en la que el destino de los personajes es empujado por fuerzas inexorables, pero en este caso pone al final una luz de esperanza.

Su personaje protagonista, madre que no renuncia nunca a buscar a su hijo, tiene también la dolorosa grandeza de las heroínas de las tragedias griegas. Con él, Clint Eastwood ofrece a Angelina Jolie el que es sin duda, hasta ahora, el mejor rol de su carrera.

Narrada magistralmente, conmovedora, la película es también una denuncia tajante de la corrupción de las esferas del poder en Estados Unidos.

Aunque fuera de concurso, en Cannes también fue ayer noticia, y cómo, la llegada del astro argentino Diego Armando Maradona, del que el director serbio Emir Kusturica presentó su visión febril y fascinada en el trepidante documental franco-español Maradona by Kusturica.

Kusturica filma a Maradona y al mismo tiempo se filma a sí mismo, a menudo boquiabierto, como hincha que es de 'Dios'. Comparten el protagonismo. El film recoge tanto las diferentes etapas profesionales y personales del futbolista genial, como su faceta política, en una mezcla equilibrada de testimonio en directo y material de archivo.