Uno no es sólo lo que escucha, sino, sobre todo, lo que vive. Es difícil concebir a una banda o a un músico que haya salido adelante sin un entorno cultural apropiado en el que hayan podido germinar sus inquietudes. En este sentido, Cherni Delgado es uno de los responsables de que El Puerto contase durante muchos años con un extrañamente brillante ambiente musical.

Mucho antes de que comenzasen a cerrar bares exigiéndoles licencias imposibles para pinchar música o acoger conciertos, la ciudad portuense contaba con el garito más legendario que jamás haya existido en la Bahía: El Dragón Dorado.

Éste marcó la adolescencia y la juventud de muchos artistas que justamente ahora comienzan a labrarse un nombre en el dilatado y confuso universo independiente.

Con Cherni Delgado a los platos, el local sito junto a la plaza de toros convirtió a Pavement, Pixies, The Velvet Underground, Yo La tengo, The Beach Boys o Nick Drake en el abc de nuestra educación musical.

Pero el Dragón Dorado cerró y la noche portuense nunca volvió a ser la misma. Desde entonces, Cherni Delgado se ha multiplicado como dj, se ha hecho cargo de un programa de radio y ha comenzado a sacar a la luz sus propios proyectos musicales.

El último de ellos, Cactus, es una propuesta honesta, desnuda e independiente en el sentido más puro del término. Independencia en tanto que autonomía expresiva, en tanto que filosofía del "hazlo tú mismo" al margen de las ampulosas producciones industriales.

Solo sobre el escenario, con una guitarra eléctrica, un ampli y varios pedales y loops, Cherni representa en Concept Songs su particular modo de comprender e interpretar algunos de los temas que han marcado su carrera como hombre de ruidos ("hablar bajo y tocar fuerte") y acordes.