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  • El realizador británico Danny Boyle dirige dos décadas después la segunda parte de 'Trainspotting', una de las cintas icónicas de los 90

Ewen Bremner, en 'T2: Trainspotting'.

Ewen Bremner, en 'T2: Trainspotting'.

T2 Trainspotting habla de la masculinidad y del paso del tiempo, de lo mal que se nos da a los hombres envejecer", señala el cineasta Danny Boyle con motivo del estreno hoy de la esperada secuela de aquel mito cinematográfico de los años 90.

Este filme reúne de nuevo dos décadas después a Mark Renton, Spud, Sick Boy y Francis Begbie y vuelve a contar con el reparto original: Ewan McGregor, Ewen Bremner, Jonny Lee Miller y Robert Carlyle. Según señala el director, "han tenido que pasar 20 años para que quienes están detrás de esta película noten el paso del tiempo". "Las mujeres sois mucho más sensatas porque tenéis un reloj que os marca los tiempos, mientras que nosotros nos aferramos a la juventud y seguimos actuando como críos siendo adultos, y eso es triste y desesperado", cuenta el director en referencia al tema de fondo de esta película.

"Elige el desencanto", pronuncia en un momento de esta película Renton, el personaje al que da vida Ewan McGregor, un "hombre de mediana edad que ha perdido sus oportunidades". "Es una doble ironía: primero en tono de burla y luego por las oportunidades que no volverán" explica el cineasta. La "melancolía" y el "desencanto" de T2 Trainspotting también se percibe en los hijos que Renton "no ha tenido". "Esta película está poblada de niños desencantados e imaginarios, defraudados por sus padres. Esos hombres no han sabido crecer", agrega el director.

No obstante, el director afirma que mientras que siempre se observó el desencanto de la generación de los 90, su oscuridad y sus sombras, cree que "las luces, la alegría y lo que le redime es cómo han encontrado su voz, la alegría de contar su historia", ha dicho, porque, a su juicio, "están dispuestos a hacer lo que haga falta". Uno de los ejemplos es el caso de Spud, "el más desesperado y desencantado" en la primera película que descubre su voz y empieza a escribir. "Ocurre algo extraño con la circularidad del tiempo, es algo precioso, es la alegría de vivir", dice,

Segun relata Boyle, mientras que para la primera película Ewan McGregor perdió 13 kilos, en esta segunda parte pidió "honestidad" y todo fue "más difícil y doloroso". "Cuando Ewan dice que tiene 46 años y que está jodido lo dice realmente. Ningún actor quiere admitir su edad", destaca.

En cuanto a la nostalgia que sintió respecto al momento en el que se rodó la primera parte y las diferencias en términos de entusiasmo e incertidumbre, Boyle admite que en aquel momento se arriesgaron y señala que es "imposible" hacer algo así cuando uno es mayor, porque tiene "demasiado conocimiento y experiencia".

"Esos tiempos no volverán", destaca el director, quien recuerda que en los 90 nadie quería que rodasen en su calle ni querían saber nada de ellos, pero ahora les han "abierto las puertas". "Las primeras películas son siempre las mejores porque vas a ciegas, no sabes lo que haces y si sobrevives harás algo", añade.

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