Una denuncia de las desigualdades, las guerras y las injusticias que llenan el Mediterráneo de personas que buscan una oportunidad en Europa. Es el hilo conductor de Jerico, el documental homónimo de la canción de la cantante, compositora y activista algecireña Brisa Fenoy que fue presentado ayer durante el Festival de Cine Africano de Tarifa-Tánger (FCAT).

Rodado en las costas de Tarifa y Algeciras en el verano de 2017, el corto dirigido por Manfre e Iker Iturria -de la productora Humanproduce- denuncia las injusticias que causan las migraciones. Para Fenoy, "no es justo lo que están viviendo miles de personas en todo el planeta". "Refugiados que huyen de situaciones extremas hacia una Europa que se les vende como solución y no lo es", subrayó en su visita al festival, donde el trabajo fue proyectado en el Mercado de Abastos.

Un taller de animación para niños y coloquios sobre rodar en Kenia jalonan la jornada

La algecireña interpretó la canción que lleva este nombre en un mini concierto acompañada de un DJ, en un acto posible gracias a la colaboración de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), que estuvo representado por José Carlos Cabrera.

La jornada de ayer estuvo cargada de contenido social también en la proyección matinal en el Teatro Alameda para los alumnos de los institutos de Tarifa que participaron en el segundo día de homenaje a Nelson Mandela. A la exhibición del documental Mandela, hijo de África, padre de una nación siguió de nuevo un coloquio moderado por el escritor Antonio Lozano, autor del libro Nelson Mandela: El camino a la libertad, similar al celebrado la víspera con otros estudiantes.

La música fue protagonista por la tarde en el Teatro Alameda, con el cuentacuentos camerunés Boni Ofogo, quien acompañado por el coro de la Escuela Municipal de Música, Danza y Artes Plásticas Maestro Fermín Franco Utrera amenizó con la palabra y la música, narración y melodías a familias tarifeñas.

Durante el festival, varios niños de 10 a 12 años pudieron iniciarse en el cine de animación con un taller impartido por Lamine Diemé. Este dibujante y cineasta Senegalés organizó una actividad para mostrar a los jóvenes diferentes técnicas de animación como pueden ser el dibujo en papel o el stopmotion con arena.

Diemé realiza este mismo taller en Senegal porque según dice "es importante encontrar una forma de potenciar el talento para la animación que hay en Senegal". Para este director su responsabilidad es mostrar a los más jóvenes cómo se trabaja en el cine de animación para que así tengan la oportunidad de conocerlo y seguir formándose.

El director marroquí Ali Essafi presentó en la cita tarifeña su documental La séptima puerta dentro del ciclo Aperitivos de cine. En el coloquio explicó que Ahmed Bouanani, director homenajeado en este festival y sobre quien versa su documental, era antes escritor y poeta que cineasta. Y que llegó al cine porque quería llegar al pueblo marroquí a través de un medio más accesible.

Preguntado por el público, confirmó la influencia del cine de Pier Paolo Passolini sobre el director marroquí, al tiempo que contó una anécdota sobre los intentos infructuosos de Bouanani por conocer al cineasta italiano cuando éste rodó en Marruecos Edipo rey y añadió que el cine polaco, especialmente el de Andrei Wajda, también influyó notablemente en él.

Essafi definió el estilo de Bouannani como una especie de realismo mágico que se nutre del imaginario colectivo de la cultura popular marroquí. De igual modo, elogió la selección de sus películas que se ve en el festival e indicó que su preferida es Memoria 14, de la que, por culpa de la censura, sólo se conservan 24 minutos de los 120 que formaban el montaje original. Este filme, es una crónica de la época colonial que da un enfoque nuevo sobre aquel periodo histórico.

Los alumnos del IES Ventura Morón de Algeciras mantuvieron un coloquio con el director Likarion Wainaina y el crítico Pablo de María sobre cómo es hacer cine en Kenia. El cineasta habló sobre la forma de producir cine en este país en el que la industria está muy centralizada.

"La mayoría de las películas que se realizan en Kenia se hacen en Nairobi o Mombassa, mientras que mi película Supa Modo fue realizada en un pueblo en la montaña, así que parte del equipo era gente que vivía en ese pueblo y nunca habían trabajado en un rodaje", comentó. El filme fue proyectado para este grupo de alumnos.