El conjunto arqueológico de Baelo Claudia precisó ayer que la visita frustada del pasado fin de semana a la Cueva del Moro se debió a una confusión y no a la pérdida de la llave que abre las rejas que protegen el enclave de arte rupestre. Los responsables del yacimiento tarifeño explicaron que el grupo que pretendía visitar la cueva recibió una llave equivocada. Los visitantes no pudieron acceder al recinto y se tuvieron que contentar con las vistas a los grabados paleolíticos a través de la reja y las impresionantes a la ensenada de Bolonia, las sierras cercanas y el Estrecho desde la privilegiada atalaya de la cueva.