GANADERÍA: Cuatro toros de Virgen María y dos (segundo y sexto) de Olivier Fernay, encastados y complicados, salvo el tercero. TOREROS: Eugenio de Mora, vuelta tras aviso y saludos. Antonio Barrera, oreja y dos orejas. Javier Valverde, silencio y silencio. Incidencias: Plaza de toros de Barcelona. Un cuarto de entrada.

El sevillano Antonio Barrera paseó tres oreja en la corrida celebrada en Barcelona, donde ha protagonizado dos faenas de entrega, corazón y valor con un manso encastado de Olivier Fernay y otro manejable de Virgen María, ganadería francesa debutante en España que está lidiado una corrida encastada y complicada. Protagonizó una faena entregada con un ejemplar manso en los primeros tercios y fue arrancando los muletazos con cuentagotas, tragándole. Fue una faena de menos a más en la que el toro terminó parándose. Remató de una estocada efectiva. El quinto fue el mejor de la tarde, encastado y con transmisión con el que Barrera, que brindó su faena a Serafín Marín, puso todo corazón. Inició su trasteo en los medios con los cambiados y después lo ligó por bajo y con profundidad sobre la mano diestra, ligando y templando. Por la izquierda al toro le costó más repetir y no hubo tanto acople, pero la faena subió enteros en las manoletinas finales, que precedieron a un estoconazo.

Eugenio de Mora realizó una priemera faena de tesón y valor con un toro complicado, que fue desarrollando sentido y se coló siempre por el pitón izquierdo. El toledano estuvo muy encima y arrancó los muletazos siempre y dejó una estocada tendida. El cuarto fue un toro muy serio, dando tornillazos, con el que inició su labor de rodillas pero después se vino abajo su labor.

Javier Valverde se estrelló con un toro deslucido que se paró enseguida tras emplearse en el caballo. Trató de darle sitio y tiempo, pero el toro no colaboró lo mínimo. Con el sexto se estrelló con un toro orientado y con sentido con el que nada pudo hacer más que abreviar.