Cultura

'Almoraima' sigue viva como pilar de la cultura comarcal con su número 46

  • El nuevo ejemplar contiene 18 comunicaciones de temáticas desde arquitectura, litografía o pintura

  • El presidente de la Mancomunidad agradece la labor silenciosa y constante del IECG

El presidente de la Mancomunidad, Luis Ángel Fernández, en el centro junto al director del IECG, Ángel Sáez, ayer en la sede del Parque Smith.

El presidente de la Mancomunidad, Luis Ángel Fernández, en el centro junto al director del IECG, Ángel Sáez, ayer en la sede del Parque Smith. / loreto calvente

Las páginas del número 46 de la revista de estudios campogibraltareños Almoraima la integran 18 estudios sobre arquitectura, escultura, pintura, litografía e iconografía numismática -que abarcan veinte siglos de Historia del Arte-, dando buena cuenta de la diversidad temática que ofrece el territorio, unido al entusiasmo que mantienen los investigadores que sostienen este proyecto cultural.

Este nuevo ejemplar de la publicación fue presentado ayer en Algeciras en un acto presidido por el presidente de la Mancomunidad de Municipios, Luis Ángel Fernández, y el director del Instituto de Estudios Campogibraltareños (IECG), Ángel Sáez.

En la actualidad podemos decir que la 'Almoraima' del siglo XXI es una feliz realidad'

Entre la temática de las comunicaciones que forman parte del número 46 están la pintura africanista de Rafael Argelés; la vida y obra de Benigno Murcia (1879-1950, un pintor enamorado del mar; la mitología del Estrecho de Gibraltar en la obra de Zurbarán; la serie de Los trabajos de Hércules para el salón grande del buen retiro; el estudio iconográfico de la Ceca de Iulia Traducta; y el reflejo de Gibraltar en los lápices y pinceles de los siglos XVI y XVIII; así como las carnicerías de Gibraltar.

Sáez destacó que "garantizada la presencia de la revista en formato digital desde hace años, la recuperación del soporte papel es un nuevo y decisivo paso adelante en nuestro empeño de volver a colocar al IECG y a Almoraima en los niveles de calidad que siempre tuvieron y que circunstancias adversas de diversa índole enturbiaron, en parte, durante un tiempo". El director de la institución cultural hizo especial referencia al compromiso personal de Fernández con su respaldo "de manera decidida" al formato en papel.

En la actualidad, según Sáez, mantener la calidad científica de la revista así como recuperar su periodicidad semestral, reformular su consejo editorial, la autoedición, el doble soporte digital y en papel y su inminente indexación "nos permiten sostener abiertamente que aquellos estándares han sido ya superados y que la Almoraima del siglo XXI es una feliz realidad". El director del IECG además destacó la dedicación del personal técnico que realiza "una labor tan profesional como sigilosa".

No se olvidó Sáez de recordar que el IECG se sigue caracterizando por la defensa del "espíritu comarcal", señalando que "este proyecto que representa es de todos los ciudadanos, de todo el Campo de Gibraltar y su escenificación, mediante esta presentación, es un motivo que orgullo para todos los miembros del IECG".

El presidente de la Mancomunidad destacó el trabajo "constante y silencioso" del IECG con una labor fundamental siempre bajo un espíritu crítico y constructivo. Fernández recordó que en su mandato es la segunda vez que sale la revista en papel, tras años de ausencia, mostrándose con "la fortaleza de ser un proyecto vivo y plenamente vigente que debe continuar enriqueciendo la vida intelectual de la comarca campogibraltareña".

El presidente apuntó que el IECG es una de las tres piezas fundamentales de la entidad mancomunada y reconoció el trabajo de sus miembros, destacando de forma especial a la sección segunda que preside Carlos Gómez de Avellaneda.

Gómez de Avellaneda fue el encargado de culminar la presentación para la cual disertó sobre una de sus comunicaciones incluidas en el ejemplar: Una visión global de los estilos gótico, mudejar y renacimiento en el Campo de Gibraltar.

En este volumen hay comunicaciones de los miembros del IECG: Guillermo Pérez Villalta, José Antonio Pleguezuelos, José Luis Gómez Barceló, Juan Carlos Pardo, Salvador Bravo, Mario L. Ocaña, Pedro Gurriarán, Juan Manuel Ballesta, Francisco Javier Quintana, José María Lázaro, Andrés Bolufer, Juan Antonio Patrón Sandoval y Carlos Gómez de Avellaneda. Además participan los arqueólogos de Ceuta Fernando Villada y José Manuel Hita Ruiz; el Licenciado en Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla José Ricardo Casero Berlanga; el Licenciado en Historia del Arte Rafael Cazalla Urbano; el arqueólogo de la Universidad de Sevilla Miguel Ángel Tabales Rodríguez y la arqueóloga Raquel Utrera Burgal.

El director del IECG echó la vista atrás para recuperar los orígenes de la revista destacando al historiador, editor, cronista e hijo adoptivo de Jimena, José Regueira Ramos, cuando hablaba hace un cuarto de siglo largo del "páramo cultural" que eran las tierras de la comarca. El primer libro de su colección El castillo de Jimena constituyó en 1988 una de sus innumerables aportaciones en tal sentido. Era un análisis compartido por muchos convecinos que estaban dispuestos a modificar tan sombrío panorama, a poco que se dieran las circunstancias propicias.

Ese mismo año con el buen hacer de Rafael García Valdivia -desde el Departamento de Cultura de la Mancomunidad de Municipio- dio a luz el número cero de Almoraima. Nació como publicación de temas diversos relacionados siempre con la comarca aunque, ya desde 1991, empezó a dar cabida a las actas de los diferentes encuentros de estudios de Historia y de Flora y Fauna.

La acción dinamizadora que para la investigación en la comarca tuvo Almoraima es innegable, hasta convertirse pronto en el pabellón más visible y reconocible de su cultura, a la par que se desarrollaban las carreras profesionales de artistas, estudiosos y literatos que han ido difundiendo esta imagen cultural más allá de las fronteras.

Las habituales jornadas dedicadas a la Historia y a la Flora y Fauna se quedaron pequeñas y el enorme potencial del patrimonio del Campo de Gibraltar, en el más amplio de los sentidos, fue requiriendo de los espacios monográficos que le dieran cabida en sus muy variadas facetas. A partir de entonces Almoraima adoptó el formato monográfico que ahora ejemplifica con su volumen 46.

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