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La UE aprueba formalmente el plan para que Irlanda ratifique el Tratado de Lisboa

  • El acuerdo entre los Veintisiete establece que el Gobierno irlandés "se compromete a tratar de conseguir la ratificación del Tratado de Lisboa antes del final del mandato de la actual Comisión", en noviembre de 2009.

Los líderes de la UE aprobaron este viernes formalmente el plan para que Irlanda celebre un nuevo referéndum de ratificación del Tratado de Lisboa antes de noviembre de 2009 a fin de desbloquear la reforma institucional de la Unión.

La cumbre comunitaria respaldó el acuerdo alcanzado ayer, con cambios mínimos en el texto, indicaron fuentes comunitarias.

El acuerdo entre los Veintisiete establece que el Gobierno irlandés "se compromete a tratar de conseguir la ratificación del Tratado de Lisboa antes del final del mandato de la actual Comisión", en noviembre de 2009.

A cambio, se decidió, "siempre que entre en vigor el Tratado de Lisboa", la UE decidirá que la Comisión Europea (CE) siga teniendo un miembro por cada país comunitario.

El Tratado prevé que la CE se reduzca en número a partir de 2014, a fin de mejorar su eficacia, de forma que haya un número de comisarios igual a dos tercios del total de Estados miembros (lo que equivale a 18 en la UE de los 27), que se elegirían por un principio de rotación igual entre los Estados miembros.

Sin embargo, la posibilidad de perder a "su" comisario fue uno de los puntos más sensibles en la campaña del referéndum irlandés de junio pasado en que se rechazó el texto.

La solución de no recortar el número de comisarios no gustaba a bastantes países europeos, ya que la CE no es una institución de representación nacional, pero finalmente se consideró un precio aceptable si ello permite que Irlanda ratifique el Tratado, una cuestión prioritaria, señalaron varias fuentes diplomáticas.

Además, la cumbre de la UE se compromete a "garantizar" que Irlanda mantendrá su política de neutralidad y que el Tratado de Lisboa no afecta ni a sus leyes sobre la familia y el derecho a la vida ni entra en las competencias fiscales de Dublín.

Estas preocupaciones se tratarán para "mutua satisfacción" de la UE y de Irlanda a condición de que Irlanda contraiga el compromiso de ratificar el Tratado para noviembre de 2009.

Irlanda es actualmente el principal obstáculo para la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, ya que el otro país que falta, la República Checa, celebrará un debate parlamentario sobre el asunto en febrero próximo.

El presidente checo, el euroescéptico Vaclav Klaus ha advertido que su país no ratificaría el Tratado hasta que no lo haga Irlanda.

Si el texto finalmente entra en vigor, pondrá en marcha una reforma institucional de gran calado en la UE, que tendrá por primera vez un presidente del Consejo Europeo estable por una duración de dos años.

Este presidente del Consejo asumiría buena parte del papel que actualmente ejerce cada seis meses el presidente de turno.

Además,la jefatura de la diplomacia de la UE, que actualmente ocupa Javier Solana, se denominará Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y la Política de Seguridad y ejercerá también una de las vicepresidencias de la Comisión Europea.

Esta nueva figura presidirá los Consejos de Ministros de Asuntos Exteriores comunitarios.

El Tratado establece que entrará en vigor el primer día del mes siguiente al del depósito del instrumento de ratificación del último Estado que cumpla el trámite, lo que sitúa la fecha prácticamente en el 1 de enero de 2010, cuando se inicia la próxima presidencia española de la UE.

Además, habría que elegir también al presidente del Consejo Europeo, algo que no se puede hacer antes de la conclusión de las ratificaciones.

Si se cumple ese calendario, España podría ser el último país de la UE en presidir todas las sesiones ministeriales y cumbres comunitarias, según el plan aprobado.

La adopción del plan supone que las elecciones al Parlamento Europeo de junio de 2009 se realizarán según la fórmula del Tratado actualmente en vigor, el de Niza.

España y otros once países tenían asegurado en el Tratado de Lisboa un aumento del número de Eurodiputados (en el caso español pasaba de 50 a 54), por lo que el acuerdo establece una solución: se arbitrarán medidas para que esos legisladores extra asuman tras entrada en vigor del texto.

Los Veintisiete también acordaron comenzar a debatir la composición de la nueva Comisión Europea, especialmente la de su presidente, "sin demora" tras las elecciones europeas de junio.

Irlanda cree que sus votantes aceptarán el Tratado

El primer ministro irlandés, Brian Cowen, se mostró hoy confiado en que sus compatriotas darán luz verde al Tratado de Lisboa en un segundo referéndum después de las garantías que ha obtenido el país durante la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE).

Cowen confirmó que su Gobierno está preparado para organizar una segunda consulta sobre el texto, aunque sólo "una vez que se resuelva satisfactoriamente todo el trabajo legal y técnico" respecto a las concesiones pactadas en el Consejo Europeo.

El acuerdo entre los Veintisiete establece que el Ejecutivo irlandés "se compromete a tratar de conseguir la ratificación del Tratado de Lisboa antes del final del mandato de la actual Comisión", en noviembre de 2009.

A cambio, se decidió que, siempre que entre en vigor el texto, la Comisión Europea seguirá teniendo un miembro por cada país, al contrario de lo que establecía Lisboa.

Para Cowen, esa concesión es "enormemente significativa" y demuestra la "solidaridad" de los Estados miembros con Irlanda y las preocupaciones de sus ciudadanos.

Además, Dublín ha logrado que la UE se comprometa a "garantizar" que Irlanda mantendrá su política de neutralidad y que el Tratado de Lisboa no afecta ni a sus leyes sobre la familia y el derecho a la vida ni entra en las competencias fiscales del Gobierno.

La fórmula legal a través de la cual se asegurarán estas disposiciones se tratará de cerrar "durante los próximos meses", explicó el primer ministro, que recalcó en cualquier caso que Irlanda tiene "el compromiso claro" del resto de socios.

"Hoy hemos visto que la democracia es un pilar de la UE", dijo Cowen, que aseguró además que el acuerdo para volver a intentar la ratificación demuestra "que la opinión de los irlandeses es respetada".

"Los ciudadanos hablaron, nosotros les escuchamos, identificamos claramente cuáles eran sus preocupaciones, hemos presentado ese análisis al resto de Estados miembros y hoy tenemos pruebas claras de que la UE está lista para responder", señaló.

Por ello, confió en que si se cumple el compromiso de los gobiernos e Irlanda tiene las diversas garantías que reclamaba los votantes aceptarán el Tratado.

El primer ministro irlandés subrayó que el análisis de los últimos años y de situaciones como la actual crisis económica deja claro que Irlanda, "por su propio beneficio", está mejor dentro de la UE.

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