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EEUU sostiene ante sus socios del G-7 que se mantendrá firme frente a Rusia

  • Los líderes de las siete potencias mundiales firman un acuerdo "contra el terrorismo y el extremismo peligroso".

  • Las reticencias de Trump evitan el consenso sobre el cambio climático.

La canciller Angela Merkel -a su izquierda, Donald Trump-, firma la declaración contra el terrorismo ante la mirada del resto de líderes de G7.

La canciller Angela Merkel -a su izquierda, Donald Trump-, firma la declaración contra el terrorismo ante la mirada del resto de líderes de G7. / guido bergmann / efe

El presidente de EEUU, Donald Trump, se mostró areceptivo al escuchar los argumentos de sus socios en el G-7, particularmente los europeos, a favor del Acuerdo climático de París y también les dejó claro que es partidario de mantener las sanciones a Rusia por el conflicto en Ucrania.

En su debut en una cumbre del G-7, Trump se reunió con los líderes de Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido en la ciudad siciliana de Taormina con una agenda centrada en su caso en hablar de terrorismo, inmigración, comercio y clima, según la Casa Blanca.

Tusk pidió el G-7 unidad sobre el conflicto en Ucrania y para mantener las sanciones a Moscú

Trump criticó durante su campaña el Acuerdo de París y, ya en la Casa Blanca, decidió iniciar un proceso para revisar si a EEUU le conviene ese pacto.

Según la Casa Blanca, Trump quería escuchar a sus socios en el G-7, el grupo de las siete democracias más industrializadas del mundo, antes de tomar una decisión al respecto, algo que prevé hacer en breve a su regreso a Washington.

La postura de Trump sobre el Acuerdo de París está "evolucionando" y ayer quiso dejar claro ante sus socios que la protección del medioambiente es "muy importante" para él, detalló a los periodistas el principal asesor económico de la Casa Blanca, Gary Cohn.

El presidente "vino a aprender", sostuvo Cohn, mientras que el principal asesor de seguridad nacional de Trump, el teniente general H.R. McMaster, dijo que este tomará la decisión sobre el Acuerdo de París que considere "mejor" para el pueblo estadounidense.

Debido a esa revisión en marcha por parte del Gobierno de Trump, los líderes del G-7 no lograron un consenso sobre la lucha contra el cambio climático, según anunció el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, al término de la primera jornada de reuniones de la cumbre, que concluye este sábado.

Por otro lado, Trump también quiso expresar ante los aliados en el G-7 que es partidario de mantener las sanciones impuestas a Rusia por el conflicto en Ucrania.

"No estamos rebajando nuestras sanciones a Rusia. En todo caso, probablemente buscaremos ser más duros", explicó Cohn para clarificar unas anteriores declaraciones suyas con las que dio a entender que Trump evaluaba un cambio de postura.

Precisamente ayer, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, pidió a los países del G-7 que mostraran unidad sobre el conflicto en Ucrania y para mantener las sanciones a Rusia, al argumentar que desde la última cumbre del grupo en Japón no ha ocurrido "nada que justifique un cambio".

En cuanto a la lucha antiterrorista, Trump logró uno de sus objetivos con la aprobación de una declaración, firmada por todos los líderes del G-7, "contra el terrorismo y el extremismo peligroso", y que hace especial hincapié en garantizar la seguridad en internet.

De acuerdo con McMaster, ante el resto de líderes Trump enfatizó la necesidad de combatir a los terroristas en tres frentes: impedir su avance sobre el terreno, cortarles la financiación y atacar su ideología radical.

En el marco de la cumbre, Trump mantuvo encuentros bilaterales con el primer ministro japonés, Shinzo Abe; la primera ministra británica, Theresa May, y la canciller alemana, Angela Merkel. Con Abe en particular, habló del "gran problema" que representan la amenaza nuclear y las provocaciones de Corea del Norte y aseguró que "será resuelto".

El inicio de la cumbre se vio ensombrecido por unas polémicas declaraciones de Trump realizadas la víspera en Bruselas. Durante una reunión con la cúpula de la UE, éste calificó de very bad (muy malo) el superávit comercial de Alemania, crítica que provocó malestar en Berlín.

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