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Las dos Coreas se esmeran en el protocolo de su histórica cumbre

  • Seúl detiene sus emisiones de propaganda en la frontera para favorecer el clima conciliatorio de la cita

La histórica cumbre del viernes entre las dos Coreas en su militarizada frontera arrancará por la mañana e incluirá una recepción oficial y una cena, informó ayer la oficina presidencial surcoreana. Así lo acordaron representantes de los países, técnicamente en guerra, en una reunión de trabajo celebrada ayer en la zona de seguridad conjunta (JSA), el único punto fronterizo en el que soldados de Norte y Sur se ven las caras y que será también escenario de la cita.

La cumbre arrancará antes del mediodía (aunque por el momento no se ha especificado una hora concreta), incluirá una recepción oficial, la reunión en entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, y una cena, explicó en un comunicado la Casa Azul.

Ambas partes anunciarán pronto la composición de sus respectivas delegaciones y una avanzadilla norcoreana se desplazará mañana a la franja Sur de la JSA, donde se celebrará la cumbre, para empezar a trabajar en los preparativos, añade. En ese sentido, las autoridades surcoreanas realizarán hoy un primer ensayo de la cita, mientras que el miércoles y el jueves se harán ya ensayos conjuntos para ultimar todos los detalles de protocolo y seguridad.

No obstante, aún no se han revelado detalles como la manera en la que Kim -si en coche o a pie- llegará hasta Peace House, el edificio de la cumbre. Este detalle levanta mucha expectación dado que técnicamente será la primera vez en la historia que un líder norcoreano pisará territorio del Sur.

Por otro lado, Corea del Sur decidió ayer detener sus emisiones de propaganda en la frontera con el Norte con el objetivo de favorecer el clima conciliatorio entre ambos países . El Ministerio surcoreano de Defensa anunció ayer esta medida con vistas a "reducir las tensiones militares entre Norte y Sur y crear el ambiente necesario para las conversaciones pacíficas", según explicó en un comunicado.

Seúl dejará así de emplear sus altavoces situados en la frontera para emitir mensajes propagandísticos en contra del régimen de Kim, que pueden escucharse en territorio norcoreano a entre 10 y 25 kilómetros de la demarcación entre ambos países. Estos altavoces han sido empleados por ambos como herramienta habitual de "guerra psicológica" y hasta la semana pasada estuvieron operativos.

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