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La inspección de perecederos continúa ralentizada en Algeciras por fallos del sistema

  • Los importadores ven algo más de agilidad pero aún insuficiente para sus necesidades logísticas

Fachada del Puesto de Inspección Fronterizo (PIF) de Algeciras con un camión refrigerado en primer término, ayer.

Fachada del Puesto de Inspección Fronterizo (PIF) de Algeciras con un camión refrigerado en primer término, ayer. / fran montes

La implantación de la tramitación digital de los expedientes de Sanidad en el Puesto de Inspección Fronteriza (PIF) del puerto de Algeciras continúa generando retrasos en la actividad semana y media después del estreno del nuevo sistema.

Desde el pasado lunes 14, cuando entró en vigor la aplicación electrónica para la presentación del Documento Único Aduanero (DUA), las colas de camiones para ser inspeccionados han sido una constante en el exterior del recinto por el que se supervisan mercaderías perecederas, principalmente procedentes de Marruecos, y también de productos españoles para la exportación a terceros países.

El problema estriba, tal y como explicaron en los primeros compases de las incidencias la Asociación de Importadores de Productos Perecederos del Puerto de Algeciras (Aimpa), en que el sistema al que deben subirse los documentos se satura. Se trata del Traces (Trade Control and Expert System), de uso obligatorio para el registro de los Documentos Veterinarios Comunes de Entrada relativos a las partidas de animales y productos de origen animal introducidas a través de los puestos de inspección fronterizos de la UE. Los fallos provocan una ralentización de las inspecciones mientras se completa la documentación del camión, atendidos por orden de llegada.

El Gobierno central achacó la semana pasada los retrasos a errores por parte de los operadores (transitarios) a la hora de registrar la documentación en formato digital. Sin embargo, y ante la evidencia de fallos en el sistema, el PIF ha comenzado en las últimas horas a aceptar de nuevo documentos en papel, tal y como pudo saber Europa Sur, previa justificación de fallos en el formato digitalizado. Esta redacción pidió ayer nuevos detalles a la Subdelegación del Gobierno sobre el estado de la actividad en el PIF, sin conseguirlo.

El principal problema para los importadores radica en que en numerosas ocasiones los transportistas obtienen el visto bueno sanitario a última hora de la tarde cuando ya ha cerrado la Aduana, por lo que el vehículo (y su conductor) se ven forzados a pernoctar en el recinto portuario. Esas horas de más devalúan el producto fresco (pescado y hortofrutícolas, generalmente) hasta en un 50%, según los importadores.

Durante la jornada de ayer el tiempo medio de inspección seguía por encima de las seis horas, según los importadores, cuando la media en condiciones normales apenas pasa de dos horas. "No está solucionado completamente. Aunque cada día el sistema funciona un poco mejor, aún no es satisfactorio. No está implantado al 100% del rendimiento que se espera de un cambio tecnológico. El sistema es el que es, y debe implantarse, pero la cosa es que funcione lo mejor posible en un puerto clave como éste", comentó Mario Porras, presidente de los importadores.

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