El pantalán número siete del Real Club Náutico de Algeciras presentaba ayer una actividad poco habitual. Los dueños de embarcaciones, peritos de seguros, Guardia Civil, y muchos curiosos observaban las secuelas del incendio de la noche anterior: tres embarcaciones totalmente destruidas por las llamas y otra más sólo con daños. Las causas se discutían entre los presentes aunque tendrán que ser peritos de la Guardia Civil de Sevilla los que determinen qué pasó tras la investigación pertinente.

Dos de los cuatro barcos quedaron reducidos a una mancha negra sobre el agua que apenas se podía adivinar que antes del incidente habían sido embarcaciones de más de una decena de metros de eslora. Uno de esos barcos de recreo, el Proteus 1 -con 12 metros y medio-, pertenecía a José Guerrero que explicó que "aún no sabemos las causas pero creemos que el viento hizo propagar el fuego al resto de embarcaciones". Algunos de los presentes señalaban al Habibi, el más alejado de la puerta de entrada del pantalán, como el supuesto foco de inicio del incendio.

Un miembro de Tuna Charter S.L. -empresa de arrendamiento y compraventa de embarcaciones-, dueño precisamente de ese buque, afirmaba que "si el mío ha sido el que ha pegado el bombazo como dice que empezó todo, tendría que haber afectado también a los que estaba al otro lado", los cuales quedaron intacto.

José Carlos Colomina, perito del seguro MarinSur, estaba evaluando los daños del barco de su cliente South Winds, un barco de madera de 108 años. Era el menos perjudicado aunque tenía "daños por fuego por la estructura de estribor, cristales rotos, madera resquebrajada, cabinas y palos dañados". Lo salvó de la destrucción total como le ocurrió al Proteus 1, Habibi, Mi Bartolo y Cameron, su material de madera, "que arde más lento y necesita mayor temperatura, no como la fibra de vidrio de los que estaban hecho los demás, que se derriten cuando coge cierta caloría".

Una vecina de la zona y testigo del incendio comentó que "se oyeron varias explosiones sobre las 11:30 horas". Uno de los peritos advirtió que "seguramente ante fue el fuego y luego las explosiones, ya que todos los barcos llevan un equipo reglamentario de seguridad con bengalas, pólvora, pirotécnia y extintores".

Los daños, todos materiales, son cuantiosos y la responsabilidad aún está en el aire.