Los peregrinos de la hermandad de Nuestra Señora del Rocío de La Línea ya se encuentran en pleno parque natural del coto de Doñana. Tras una larga noche alrededor de la candela que se encendió en la playa de las Piletas, a las 9:00 la filial linense comenzó a cruzar el río Guadalquivir en barcazas desde la playa de Bajo de Guía a la de Malandar. A las 10:30 ya estaba la comitiva en la margen onubense en una jornada marcada por el calor.

Antes de comenzar el camino por Doñana los romeros recibieron la visita del alcalde de La Línea, Juan Franco, y del teniente de alcalde Nacho Macías, que departieron con el hermano mayor, Momo Valle, y otros componentes de la hermandad.

Al término de la jornada de ayer los romeros de ocho de las once hermandades rocieras de la provincia ya pisan las arenas del Coto de Doñana camino de la aldea almonteña. Ayer cruzaron el río Guadalquivir por la playa sanluqueña de Bajo de Guía los peregrinos de La Línea, Chiclana, San Fernando -junto con los de San Roque-, Chipiona, Arcos, Rota, Puerto Real y Cádiz. Lo hicieron por este orden a lo largo de toda una jornada que transcurrió muy tranquila, pero, eso sí, bajo un sol de justicia.

De hecho, el fuerte calor marcó el primer día de embarque en este enclave. Bien distintas fueron las instantáneas que dejó la romería el año pasado en Bajo de Guía, donde la lluvia deslució el paso de las hermandades de la provincia en dirección a Doñana.

La primera parada en el camino fue pasado el mediodía en el Palacio de las Marismillas. La hermandad linense abría camino al resto, por lo que la arena estaba aún virgen. El paraje, después de las últimas lluvias, deparó bellas estampas a los peregrinos. Después del almuerzo los linenses pusieron rumbo al Cerro del Trigo, donde pernoctaron en las inmediaciones de la Casa del Guarda. Para hoy está previsto el sesteo en el Corral de Félix y la pernocta, en el Palacio de Doñana. Será la última noche dentro del coto porque mañana llegarán a la aldea almonteña.