El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, estará hoy a partir de las 10:00 en La Línea para supervisar los dispositivos de seguridad que establecerán agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional. Será la séptima ocasión que el ministro visita la comarca desde que asumió la cartera en noviembre de 2016.

El máximo responsable de Interior también dará los detalles de la última intervención contra el narcotráfico desarrollada en la comarca, que se ha saldado con la intervención de cuatro toneladas de hachís.

Zoido llega a la ciudad casi dos semanas después del asalto al hospital de La Línea por parte de una veintena de encapuchados para liberar al presunto narcotraficante Samuel Crespo. Este suceso ha sido el detonante para que policías y guardias civiles hayan reclamado que el Ministerio del Interior impulse un conjunto de medidas de choque "urgentes".

Representantes de los miembros de las fuerzas de seguridad piden que se declare la zona como de especial singularidad, lo que implicaría el despliegue permanente de unidades especiales. Interior destinó varias de estas unidades a la ciudad el verano pasado como reacción a la muerte del agente de la Policía Local Víctor Sánchez. Pero ese despliegue duró hasta que la prioridad se concentró en hacer frente a la independencia de Cataluña, según indican los sindicatos y asociaciones policiales.

Tras los hechos del hospital, Zoido defendió el dispositivo de seguridad en el Campo de Gibraltar. Ese mismo día, el ministro y la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se cruzaron cartas en las que el primero reprochó a la mandataria que, por un "caso excepcional" hablara de que los narcos "campan a sus anchas" en el Estrecho.

Según los datos recogidos en su carta, desde enero de 2017 hasta ahora se han incautado más de 183.000 kilos de hachís, se ha detenido a 518 personas y se han intervenido 490 vehículos. "La seguridad es la adecuada", subrayó Zoido desde el Congreso, señalando que "la mejor demostración" era que días antes se había detenido en Algeciras de nuevo al conocido narcotraficante gallego Sito Miñanco.

Los agentes que trabajan en la zona alertan de que últimamente la tensión es mayor porque las bandas se atreven con más frecuencia a enfrentarse directamente con las autoridades y, de hecho, los narcos no dudan en embestir a los agentes con sus coches y narcolanchas.

Creen que las comisarías de la Línea y Algeciras tendrían que tener el mismo rango administrativo que las comisarías provinciales, lo que conllevaría que se destinaran de forma permanente agentes de unidades especiales como la UPR de la Policía o el GRS de la Guardia Civil.

Otra reclamación ya clásica es la regulación de las narcolanchas, con especial vigilancia a que no se subasten una vez intervenidas porque vuelven a los mismos narcos, y la creación de un juzgado especial contra el narcotráfico que vigile de la aplicación de "sentencias ejemplarizantes".

El SUP calcula que hay un déficit de 300 policías y reclama más medios tecnológicos y de autoprotección: chalecos antibalas, medios de defensa como pistolas eléctricas tipo Taser o vehículos de mayor potencia tanto en mar como en tierra.