La Línea

Dios también pasa consulta

  • Un grupo de fieles pide una capilla en el nuevo hospital. Cádiz Laica se opone

El futuro hospital de La Línea, aún en obras.

El futuro hospital de La Línea, aún en obras. / e. s.

El nuevo hospital de La Línea aún no ha abierto sus puertas pero ya hay quien ha reparado en que además de sanar el cuerpo humano, en el flamante edificio también se pueda dar atención al alma. Un grupo de fieles y devotos, principalmente agrupados en la comunidad parroquial del santuario de Nuestra Señora de la Inmaculada, va a iniciar una campaña de recogida de firmas para que el futuro centro cuente con una capilla.

Se trata de un servicio que está presente en el edificio actual y que los promotores consideran necesario, especialmente de cara a los familiares de pacientes en situación crítica que demandan atención espiritual; un lugar donde poder hacer frente a las situaciones de estrés desde la fe.

Cádiz Laica ya ha mostrado su total oposición a una idea que vinculan al "lobby católico". "No es de recibo que en pleno siglo XXI se destinen recursos públicos al culto religioso ya sea en forma de construcción o mantenimiento de capillas como en pagar salarios a capellanes hospitalarios", subraya la entidad.

Para Cádiz Laica, los fieles deben hacerse cargo de los gastos que originen sus prácticas confesionales "sin implicar a las instituciones públicas que representan a toda la ciudadanía", por lo que demandan que el futuro hospital, propiedad de la Junta de Andalucía, "permanezca neutral en materia religiosa" y cumpla con la aconfesionalidad de las instituciones públicas que, recuerda la entidad, se encuentra recogida en el artículo 16 de la Constitución española.

Hospitales como el Punta de Europa de Algeciras cuentan con un recinto para el rezo. Y proyectos de obra pública de reciente construcción como la terminal 3 del aeropuerto de Málaga acoge una pequeña capilla multiconfesional. Se trata más bien de un espacio habilitado para el rezo de las diferentes creencias que se encuentra un tanto escondida en la terminal de llegadas, en una zona de poco tránsito, pero existe a disposición de quien tenga la necesidad de hablar con Dios.

La idea no es nueva. Y el debate social con partidarios, detractores y neutrales, tampoco. Sólo cabe recordar ejemplos como la controversia generada en la Universidad Complutense de Madrid o la presencia de los crucifijos en las aulas de cientos de colegios públicos repartidos por toda España. El resultado de la recogida de firmas permitirá conocer si la necesidad espiritual cosecha respaldo o fracasa. Sólo algo está claro: para pasar consulta con Dios todavía no hace falta pedir cita previa ni hay listas de espera.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios