Enciclopedia de La Línea

El Archivo Histórico Municipal (IV)

  • TOMO X. El décimo volumen de la Enciclopedia de La Línea está dedicado a la vida social en la localidad, con un repaso a entidades de todo tipo

El edificio del Istmo-Comandancia, que alberga en su planta baja el Archivo Histórico Municipal.

El edificio del Istmo-Comandancia, que alberga en su planta baja el Archivo Histórico Municipal.

EL Archivo Histórico fue inaugurado el 13 de octubre de 1984 y se ubicó en un edificio ya derribado dentro de los Jardines Municipales. Debido a la cantidad de documentación y objetos que atesoraba, Tornay consideraba que era necesario su traslado. En el diario Área del 16 de octubre de 1992, leemos el siguiente artículo, titulado Tornay confía en que el Archivo Municipal se traslade al edificio de la Comandancia. Los problemas de espacio y la variedad del material hacen necesaria la reestructuración.

Un grupo de submarinistas de La Línea hallaron hace un mes, en el sector de La Atunara, frente a la torres, un cepo o ancla romana, de plomo, de unos dos metros de largo y quinientos kilos de peso, con una edad aproximada de 2.000 a 2.500 años. Se supone que perteneció a una nave romana, de las que hacían la ruta costera entre Carteia y la factoría romana que existía en esta zona. Gracias a los submarinistas que la encontraron, en la actualidad la pieza forma parte de los fondos del Archivo Municipal de La Línea.

Posteriormente, se ha encontrado en el mismo lugar, una sonda de forma de campaña, que probablemente pertenezca a la misma nave. Según informó Francisco Tornay, responsable del Archivo, se está esperando la valoración de un experto, que especifique su antigüedad y su posible lugar de procedencia, ya que, según indicó el archivero, este cepo es el más grande de los encontrados hasta la fecha. Comparándolo con los que aparecen en un catálogo del Museo de Ceuta, el de La Línea mide y pesa el doble de los que se conocen, por lo que debió pertenecer a una nave de enormes dimensiones.

Según indicó Tornay, esta pieza es una de las más importantes del archivo, ya que demuestra la antigüedad del tránsito marítimo por estas costas. El material con que está fabricado, el plomo, constata su antigüedad. Posteriormente, comenzaron a fundirse en hierro, ya que los de plomo se rompían con frecuencia. Son numerosos los cepos de este tipo que se encuentran por la zona del Estrecho, ya que se sujetaban con una soga de cáñamo, bien trenzado, que con el rozamiento se rompían. El litoral ceutí está lleno de estas anclas, pues en la zona había factorías de salazón, que era transportado por estos barcos hacia la península, volviendo con aceite de Andalucía, lo que indica, además, un activo comercio en nuestra zona.Aunque está roto en dos trozos, Francisco Tornay señaló que está bien conservado y que no se va a restaurar por el momento, ya que resultaría muy costoso.

El edificio del archivo se ha quedando pequeño pues realiza también las funciones de museo Desde que se inauguró en 1983 hasta la actualidad, comenzando desde cero, el archivo se ha ido quedando pequeño, ya que, además de numerosos documentos alberga piezas de museo donadas por ciudadanos preocupados por la historia de nuestra ciudad.

Francisco Tornay espera que en un futuro no muy lejano, se pueda contar con un edificio, que podría ser el de la Comandancia Militar, que fue cedido al Ayuntamiento, y sobre el que la Junta de Andalucía ha realizado un proyecto para convertirlo en centro cultural, para albergar el archivo municipal, la biblioteca pública y un museo histórico. Según explicó Tornay, la Comandancia, que data de 1862, es el edificio más antiguo de La Línea, por lo que se debe dedicar a centro cultural histórico, aunque habría que rehacerlo casi por completo, debido a las malas condiciones en que se encuentra, pero, según señaló el archivero: “Hay que seguir luchando por él, porque el Ayuntamiento no tiene los fondos suficientes y es la Junta de Andalucía la que se va a encargar de financiar la reparación, pero ahora está un poco parado. Pero yo tengo, al menos, la esperanza de que allí vaya el archivo histórico, el museo y la biblioteca pública y hacer algo digno que cuando vengan de fuera vean que tenemos algo importante aquí”.

Igualmente, Tornay señaló las dificultades de espacio que en estos momentos se están dando en el archivo, que se ha convertido más bien en un almacén: “Está medio ordenado y aunque el público lo ve y los alumnos de los colegios lo visitan, no está en condiciones. Se necesitarían vitrinas y otro mobiliario para tener las cosas expuestas como debe ser”.

El archivo cuenta con piezas históricas militares, como las maquetas de los fuertes de Santa Bárbara y objetos encontrados en ellos. También contamos con una sección costumbrista, con máquinas de coser antiguas, utensilios de cocina, planchas, herramientas, fotografías y hasta una maqueta de la primitiva Plaza de Toros. Otra sección está dedicada al antiguo material de oficina del Ayuntamiento. Además cuenta con un taller de encuadernación y un laboratorio fotográfico, aunque por la escasez de personal, éste último no funciona.

Por otra parte, existe una biblioteca sobre la provincia y la comarca, así como una sección de documentación político social con su biblioteca, un archivo de negativos fotográficos, legajos del siglo pasado y documentación histórica sobre la masonería, los sindicatos y los partidos políticos. Una de las documentaciones más curiosas del archivo es la de la primera defunción, el primer bautizo y la primera boda, realizados en 1870, año en que se fundó el Juzgado, ya que antes todo se realizaba en el Juzgado de San Roque.

Además, el archivo cuenta con un servicio de boletines, donde pueden consultarse el BOE (Boletín Oficial del Estado), el BOJA (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía) y el BOP (Boletín Oficial de Cádiz).

La historia está en Salamanca

Buena parte de los documentos históricos están en Salamanca. En un artículo aparecido en el diario Europa Sur del 4 de abril de 1995, titulado La historia está en Salamanca, se explica que el Archivo Histórico Nacional, sección Guerra Civil, tiene importantes documentos que fueron confiscados en la localidad.El Archivo Histórico Nacional de Salamanca, objeto en estos días de gran polémica, también cuenta con importantes documentos históricos de organizaciones locales,los cuales fueron confiscados en plena guerra civil. El director del Archivo Histórico Municipal, Francisco Tornay, fue el encargado de, al menos, conseguir copias de todo lo requisado en La Línea a aquellas entidades consideradas pro comunistas.Aunque la pugna por el Archivo Histórico Nacional de Salamanca, sección Guerra Civil, sigue estando centrada entre esa capital y el Gobierno autonómico de Cataluña, lo cierto es que también La Línea está reflejada allí.

Hace ya algunos años, sin estridencias, el director del Archivo Histórico Municipal, Francisco Tornay, se encargó de supervisar todos los legajos que fueron incautados en la ciudad. La mayor parte de esa documentación hace referencia a la masonería y a las organizaciones políticas y sindicales que eran las bestias negras del régimen franquista.

En el Archivo Histórico Municipal están todas las fotocopias de los documentos originales linenses existentes en Salamanca, desde el expediente de don Juanito el médico hasta la totalidad de actas del añejo sindicato de pintores La decorativa.

Para Tornay, la pugna política existente por todo lo que contiene Salamanca está al margen del valor histórico, aunque aclara que la dispersión requerida de la documentación puede resultar enormemente perjudicial para los investigadores. Es más, defiende la tesis que todos los originales de carácter general deberían de continuar en aquella capital, “pero no entro en conocer la operatividad que para la legislación futura pueda suponer que los documentos originales de una comunidad sean devueltos”. La requisa de la documentación linense tuvo su fundamento en la orden de 20 de abril de 1937, por la que se creó la Oficina de Investigación y Propaganda Anticomunista (OIPA). Los argumentos para su constitución eran “recoger, analizar y catalogar todo el material de propaganda de todas clases que el comunismo y sus organizaciones adláteres hayan utilizado para sus campañas en nuestra patria, con el fin de organizar la correspondiente propaganda, tanto en España como en el extranjero, en colaboración con las instituciones anticomunistas existentes”.

Además, en meses sucesivos se ampliarían las competencias para la recogida de la mayor cantidad posible de pruebas de las actividades marxistas en España, y en particular, la documentación de las sociedades masónicas, liga de derechos del hombre, amigos de Rusia, Socorro Rojo Internacional, cine-clubes (material cinematográfico), ligas anti-fascistas, ateneos libertarios, instituciones naturistas, ligas contra la guerra y el imperialismo, asociaciones pacifistas, federación de los trabajadores de la enseñanza, etc. La OIPA sirvió para moderar las incineraciones públicas de las documentaciones que se intervenían por las fuerzas franquistas ocupantes. La misión concreta era recoger todo lo posible, algo que posteriormente fue misión del Servicio de Recuperación de Documentos, organismo que habría de concentrar todas las requisas documentales a partir de dos premisas básicas: la exclusividad de actuación y la continuidad en la función.Al margen de los cientos de documentos relativos a la masonería que, gracias a Tornay, ya obran en el Archivo Histórico Municipal, resulta curioso la microfilmación que se hizo con todas las actas del sindicato de pintores La decorativa, fundado en 1916.

El acta constitucional de esta formación de trabajadores sirvió para que, inconscientemente, se diesen datos de mucho valor para el enjuiciamiento y represión por las autoridades franquistas en La Línea. De esta forma, tras la constitución formal del sindicato con todos los parabienes del gobernador de la época, se hace ver a puño y letra, con nombres y apellidos, aquellas organizaciones que se solidarizaron con las primitivas intenciones de La decorativa, PSOE y metalúrgicos entre otros muchos.

“Si alguien quiere sumarse a la polémica sobre Salamanca, que lo haga, pero que sepa que todos los documentos, mediante copias, están en La Línea”, concluyó Tornay.

En la actualidad, el Archivo Histórico Municipal Francisco Tornay se encuentra ubicado en la planta baja del edificio Istmo-Comandancia, mientras que en la primera planta de dicho inmueble se haya alojada la Biblioteca Pública Municipal José Riquelme. Ha sido un gran acierto situar las dos instituciones culturales en la misma edificación, para la consulta y el estudio de los temas históricos y formativos.

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