La Línea

Aprender de la voz de la experiencia

  • Los voluntarios de Mayor-Net llevan a los colegios linenses un taller sobre los peligros de las redes sociales

  • El acoso a través del móvil o la suplantación de identidades, principales riesgos

Ángel Corbalán, de Mayor-Net, imparte el taller sobre redes sociales a los alumnos del colegio Pedro Simón Abril de La Línea, el pasado jueves.

Ángel Corbalán, de Mayor-Net, imparte el taller sobre redes sociales a los alumnos del colegio Pedro Simón Abril de La Línea, el pasado jueves. / jorge del águila

Un mundo prácticamente infinito está al alcance de cualquiera con sólo sentarse frente a un ordenador. Y desde hace apenas unos años también en la palma de la mano con la irrupción de los teléfonos inteligentes. Internet supone un campo de trabajo único que, como casi todo en la vida, también posee un lado perverso en las manos equivocadas o ante un usuario vulnerable.

Los menores aprenden hoy a manejar una tableta antes que a escribir a mano pero carecen de criterios para la correcta percepción del riesgo, lo que les convierte en un blanco fácil para recibir contenidos inadecuados o lesivos.

Los abuelos, fuente tradicional de sabiduría, tienen mucho que decir en esta materia pese a que ellos no son nativos digitales. La asociación Mayor-Net, que reúne a jubilados voluntarios del Campo de Gibraltar para fomentar entre ese sector de la población el uso de las nuevas tecnologías, ha puesto en marcha estos días un taller sobre el uso responsable de las redes sociales para escolares de La Línea. 800 alumnos de quinto y sexto de Primaria de 16 colegios de la ciudad participarán hasta fin de mes en las sesiones de los voluntarios en las que aprenderán a evitar y defenderse de las nuevas prácticas de acoso que en demasiadas ocasiones pasan inadvertidas para los padres.

"La idea de diseñar un taller para escolares sobre las redes sociales surge en Mayor-Net precisamente porque somos abuelos. Tenemos nietos y hemos detectado la necesidad que tienen los niños de aprender sobre este fenómeno y también los padres. Nos pusimos manos a la obra diseñando los contenidos dentro de nuestra labor de voluntariado", explica Ángel Corbalán, presidente de Mayor-Net.

La mayoría de los niños de 10 años ya tienen un teléfono móvil -se trata del regalo estrella para las comuniones- lo que abre la puerta a estos peligros para el que sus padres no están preparados. Así, la sesión comienza con la proyección de una serie de pequeños cortos de dibujos animados en la que los escolares se ven reflejados. "A través del material les explicamos que las redes sociales son un recurso muy útil, pero también peligroso. Los padres no suelen estar preparados para proteger a sus hijos de estos nuevos fenómenos de acoso", resalta Corbalán.

Los niños del colegio Isabel La Católica y Pedro Simón Abril, dos de los primeros centros en los que se han dado las charlas, comienzan a abrirse a los pocos minutos del taller. Se muestran interesados por un asunto que les toca directamente.

El presidente de Mayor-Net incide en prácticas como el ciberbulling por su particular dureza. "Antiguamente un alumno que sufría acoso (bulling) se enfrentaba a la situación cuando estaba en la clase, en el recreo o camino del colegio. Hoy se realiza a través de Whatsapp, es constante y se puede producir en cualquier momento sin que los padres se den cuenta porque el menor se encierra en su habitación. Ese aislamiento y la discreción con la que se produce son factores que agravan el problema sobre el método cara a cara", relata Corbalán. Además, el ensañamiento suele ser mayor que en el acoso físico porque el agresor, al no tener delante a su víctima, no recibe los estímulos negativos que produce su conducta.

El grooming suele ser el otro factor de riesgo que tiene en los menores su principal objetivo. Consiste en presentar una identidad falsa (otra foto, por ejemplo) en las redes sociales para ganarse la confianza de los menores y tener acceso a datos y detalles personales. "Les presentamos las dos caras de una persona conocida a través de las redes sociales para demostrarles que los amigos son los que de verdad conocen en persona. Para que sepan qué se les puede contar y qué no. Qué se puede compartir con una persona que se conoce sólo a través de una pantalla porque luego se puede volver en contra", explica el monitor.

Además del acoso, el taller afronta otras prácticas como la incitación al odio. La desgraciadamente habitual difusión de prejuicios hacia un tercero para fomentar su exclusión también se practica con los móviles. Por ejemplo, excluyendo al menor del grupo de conversación donde chatean el resto de sus amigos y compañeros de clase.

El phising también se ceba con los menores. Consiste en llevar al usuario al engaño haciéndole revelar todos los datos de acceso de su cuenta mediante la invitación a una página falsa idéntica a la de una red social. De esta forma se logran acceso a datos como cuentas bancarias o información personal. Saber detectarlo forma parte del programa que imparten los abuelos de Mayor-Net.

"El curso se da en los colegios y en los últimos cursos porque creemos que son los alumnos más sensibles a estos problemas. Son niños que al año siguiente van a integrarse en un instituto, donde todo se revoluciona un poco", reflexiona el presidente de la entidad de voluntarios.

El taller fue puesto en marcha como proyecto piloto durante el curso pasado en Algeciras, con seis centros beneficiarios, y este año se ha integrado en la Oferta Educativa Municipal del Ayuntamiento de La Línea; algo que para Mayor-Net supone un importante respaldo para su labor.

La pérdida de productividad se aborda en las sesiones como otro de los puntos del temario. Muchas horas pegados al móvil suelen derivar en una pérdida de rendimiento, lo que luego se traslada a las calificaciones. El uso responsable de los dispositivos conectados a internet (con un horario o días establecidos) es una de las soluciones que se aportan en el curso directamente a los menores para que la asuman no como un castigo, sino como una fórmula para evitar perder el curso académico.

Los adultos también pasarán por el programa con sesiones específicas para cinco asociaciones de padres de cuatro colegios y un instituto de la ciudad. En ellas los problemas serán analizados desde su posición para que aprendan a detectarlos y a ayudar a sus hijos aprendiendo a detectar las situaciones de forma discreta para el menor. Tras las sesiones en La Línea, los abuelos darán estas mismas charlas en Algeciras y San Roque.

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