Gibraltar

España admite que la cosoberanía no pasa de "comentarios de pasillo"

  • El secretario de Estado de Exteriores, Ildefonso Castro, confirma que aún "no ha habido contacto, ni formal ni informal" para tratar la fórmula rescatada por García-Margallo

Ildefonso Castro, ayer en la Comisión de Exteriores del Senado.

Ildefonso Castro, ayer en la Comisión de Exteriores del Senado. / efe

El Gobierno de España rebajó ayer a "inevitables comentarios de pasillo" los únicos contactos con el Gobierno del Reino Unido para tratar la propuesta de cosoberanía de Gibraltar. Fue Ildefonso Castro López, secretario de Estado de Asuntos Exteriores y número dos del Ministerio de Alfonso Dastis desde el pasado mes de enero, el que admitió que la fórmula planteada por España de compartir la soberanía del Peñón no ha pasado al plano diplomático y sólo existe -por ahora- en los medios de comunicación.

Fue en la comisión de Exteriores del Senado, que preside el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, donde Castro desveló -a preguntas del socialista David Lucas Parrón- que "no ha habido ningún contacto ni formal ni informal" para sentarse a hablar de la famosa propuesta resucitada por el anterior responsable de Exteriores, José Manuel García-Margallo, en febrero de 2016. Quedaban entonces pocas semanas para el referéndum en el que los británicos acabaron decidiendo su salida de la Unión Europea, en la que terminarán arrastrando a Gibraltar. La propuesta implicaba que el Peñón continuara al amparo del club comunitario, pero sin abandonar su condición británica.

La propuesta, a raíz del 'Brexit', no logra pasar al plano dipomático 17 meses después

Aunque el entonces ministro empezó a hablar de su oferta 17 meses antes de las elecciones británicas del pasado día 8, Castro López achacó ayer a esos comicios la falta de contactos. "Entiendo que el proceso electoral en el Reino Unido dificulta este tipo de cosas en estos momentos", afirmó el secretario de Estado, que reiteró que en Exteriores están "dispuestos a hablar con los británicos".

"Se ha hecho una oferta e imagino, más o menos, los inevitables comentarios de pasillo; nada de sustancia, pero la oferta está ahí", insistió el diplomático, que explicó que, para el Gobierno de España, "la principal preocupación en (la cuestión de) Gibraltar son los ciudadanos -eso está claro-, tanto los gibraltareños como lo del Campo de Gibraltar". "El Brexit supone un cambio de las circunstancias que nosotros creemos que es perjudicial. El Brexit es una decisión que, como ustedes saben, España no comparte, pero la han tomado los ciudadanos británicos. Es una decisión triste que creemos no es positiva, y tampoco es positiva para los ciudadanos del Campo de Gibraltar y los gibraltareños. Por eso hemos hecho la propuesta que hemos hecho", afirmó, no sin recordar que "el Consejo Europeo ha aprobado ya las orientaciones para las negociaciones del Brexit, que en lo relativo a Gibraltar señalan claramente que la retirada del Reino Unido implica también la de Gibraltar, y que una vez que el Reino Unido haya abandonado la Unión, ningún acuerdo entre la Unión Europea y el Reino Unido podrá aplicarse al territorio de Gibraltar sin acuerdo entre en reino de España y el reino de Inglaterra".

La oferta de García-Margallo, que Dastis asumió cuando ocupó su cargo, fue explicada en varios medios de comunicación durante meses y, en octubre de 2016, llegó a la ONU. Se supo entonces que incluía la posibilidad de que los yanitos accedan a la nacionalidad española sin renunciar a la británica; el mantenimiento de las instituciones de autogobierno de Gibraltar, en el marco de un amplio régimen de autonomía; la continuidad del régimen fiscal del Peñón, "siempre y cuando sea compatible con el ordenamiento comunitario"; y el desmantelamiento de la Verja, que dificulta el libre tránsito entre la colonia y la comarca. Todo eso permitiendo al Peñón seguir beneficiándose como hasta ahora de su acceso al mercado interior europeo.

Desde un primer momento, la oferta -retomada de las negociaciones que ya mantuvieron en su día los gobiernos de José María Aznar y Tony Blair- fue rechazada con contundencia tanto por el Gobierno de Gibraltar como por el del Reino Unido, que reiteró entonces y lo hizo varias veces durante los meses siguientes, su compromiso con el llamado doble bloqueo, que le impide siquiera sentarse a negociar con otro Estado sobre la soberanía de Gibraltar y, en cualquier caso, le compromete a someter a votación a los gibraltareños un cambio de la misma.

García-Margallo, que todavía hoy en día sigue argumentado las bondades de su proposición, citó en su día por carta a su homólogo británico, Boris Johnson, que rechazó la reunión. El ex ministro español afirmó que había mantenido "conversaciones confidenciales" con ciertos sectores de la Roca, pero no dio nombres. Entonces apareció para decir que el Reino Unido debía pactar la cosoberanía antes del pasado mes de abril y, cuando esto no se produjo, volvió a los medios de comunicación para asegurar que antes de cuatro años la bandera española ondearía en la Roca gracias a su oferta. De momento, ni él ni su sucesor han logrado siquiera que la proposición deje de ser un simple titular de prensa y pase a convertirse en motivo de discusión en una reunión formal entre gobiernos.

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