Viajar en avión y escuchar el llanto de un bebé puede resultar un suplicio. Es lo que pensaron George Clooney y su mujer, Amal, padres de unos gemelos de seis meses. Por ello, y para no molestar, repartieron auriculares insonorizados a todos los pasajeros que viajaban con ellos en un vuelo regular de Estados Unidos a Inglaterra. Quentin Tarantino, que iba en dicho vuelo, dijo no obstante que los niños "no dijeron ni pío".
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