Boda del príncipe Enrique y Meghan Markle

Cuando Harry encontró a Meghan

  • Tras el flechazo y un noviazgo de menos de dos años, el hijo de Carlos de Inglaterra y la actriz se dan el sí quiero hoy en una boda 'casi' real

Una historia de amor de película. El príncipe Enrique y Meghan Markle anunciaron su compromiso el 28 de noviembre de 2017 y entonces contaron que él le propuso matrimonio a ella a principios de ese mes durante una "noche normal y típica para nosotros" en su casa en el palacio de Kensington mientras la pareja preparaba pollo asado. Enrique, de 33 años, y la que se convertirá en su mujer hoy, de 36, se conocieron por una amiga en común. Fue un encuentro planificado en 2016, según contó la propia pareja en una entrevista a la cadena BBC tras anunciar su compromiso. "Las estrellas se alinearon", comentó el nieto de Isabel II en una muestra de su carácter romántico. De hecho, de todos los noviazgos del conocido como enfant terrible de la realeza británica, el de Meghan ha sido el más corto, pues no ha llegado a los dos años.

Al parecer, desde el primer momento, el hijo de Diana de Gales lo tenía claro y todo ocurrió bastante rápido. Fue un auténtico flechazo. Dos citas más tarde de la primera vez que se vieron se fueron juntos a Botswana, en el sur de África, el particular paraíso espiritual y de relax del príncipe desde que falleció su madre. "Acampamos juntos bajo las estrellas, fue absolutamente fantástico", relató Enrique.

Meghan, al parecer mucho más realista y práctica, añadió sobre su primera cita a ciegas: "Lo único que le pregunté a mi amiga cuando dijo que quería presentarnos fue: '¿Es agradable?' Si no lo es, no tiene sentido". La entonces actriz de la serie Suits -que el hijo de Carlos de Gales no había visto... hasta que la conoció- ha reconocido que "no sabía mucho" de él. "Una de las primeras cosas que comenzamos a hablar cuando nos conocimos fueron las diferentes cosas que queríamos hacer en el mundo y cuán apasionados estábamos por ver cambios", dijo.

Al final, como toda película de amor que se precie, la historia acabará en boda. Pero el enlace de hoy, pese a la repercusión mediática, no se considera una boda real oficial con toda la pompa y el boato que conllevaría. La de su hermano Guillermo, en 2011, sí era la del segundo en la línea de sucesión al trono inglés y por eso acogió numerosa representación real. Pero Enrique ocupa el sexto lugar. De ahí que entre los invitados a la ceremonia religiosa no se encuentren políticos ni tantos compromisos como los que tuvo que atender el duque de Cambridge. En total asistirán 1.200 personas, entre ellos algunas celebrities como los Beckham, George y Amal Clooney y Elton John, así como compañeros de rodaje de Meghan en Suits. Además, la invitada que más flashes acaparará a buen seguro será Chelsy Davy, la ex novia del príncipe Enrique -salió con él de 2004 a 2011-, quien es pareja ahora de un amigo de la novia.

La complicidad entre Enrique y Meghan y los duques de Cambridge ha quedado patente en los últimos actos oficiales a los que ha asistido la pareja ya como prometidos. Por eso, el príncipe Guillermo ejercerá de padrino en el enlace, como lo fue Enrique en su día de su hermano.

Markle llegará al altar del brazo de su suegro en una estampa inédita aunque previsible ya que el padre de Meghan no puede estar presente tras ser operado del corazón el miércoles. El vestido de la novia es uno de los secretos mejor guardados; ya se sabe que no lucirá uno sino dos, uno para el oficio religioso y otro en la celebración, y que ambos han recibido el visto bueno de Isabel II. Además, llevará una tiara perteneciente a la amplia y valiosa colección de la soberana.

El ambiente en Windsor, en general, será mucho más informal que el de la boda de Guillermo en Londres pese a la rigidez inquebrantable del protocolo inglés, que se seguirá a rajatabla en cuestión de tiempos y vestimenta.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios