La reina Letizia visitó ayer el barrio más pobre y deprimido en el marco de su viaje de cooperación a Haití. En el colegio de las hermanas de San Vicente de Paúl, un centro que atiende a niños de familias sin recursos gracias a la ayuda española, conoció la dura realidad del país y no dudó en mostrarse más cercana y solidaria que nunca con los pequeños.

Recibida por la primera dama del país, Martine Étinne Joseph, que ya el martes le dio la bienvenida en el aeropuerto Internacional de Puerto Príncipe, ambas se dirigieron a uno de los comedores del centro donde recibieron el saludo de una quincena de mujeres beneficiarias del proyecto de nutrición infantil que esperaban para recibir el suplemento alimenticio semanal que les corresponde a ellos y sus bebes. Precisamente sus hijos se convirtieron en protagonistas, pues la mujer de Felipe VI no pudo evitar coger a los pequeños, jugar con ellos y realizarles todo tipo de mimos y cariños en un alarde de instinto maternal que no dejó impasible a nadie. Doña Letizia mostró que los niños son su debilidad.