La Trabajadera es una caseta familiar que ha pasado por varios momentos durante su larga historia, de aproximadamente 30 años. Es famosa por su buena comida y, en especial, por su sopa de ajo.

Cuando fue creada, la Feria aún se realizaba en el paseo de La Velada. "En principio era una caseta familiar", explica Joaquín Traverso Gutiérrez, el propietario de La Trabajadera, "pero llegó un momento en que nos dimos cuenta de que la gran mayoría de los socios eran de las cofradías de los Dolores y de la Amargura, de modo que se decidió sacarle beneficio como una caseta ce cofradía, y fue rebautizada con el nombre de La Trabajadera", explica.

Sin embargo, eso se dejó de hacer una vez que vieron que los beneficios no compensaban todo el esfuerzo que hacían ni el dinero que invertían en los eventos. De modo que, alrededor del año 1985, "volvió a convertirse en una caseta familiar, pero abierta a socios que quisieran permanecer en ella", pagando una cuota única de 100 euros. Actualmente la caseta cuenta con cerca de 40 socios, aunque la cifra varía cada año.

Por otro lado, los eventos y actividades están programados para los días 16, 18 y 20. El lunes, día de la Virgen del Carmen, se realizó la cena de la Hermandad del Rocío, con la actuación del grupo rociero Sabor Marismeño.

Hoy, Día de la Mujer, se celebrará un almuerzo para los socios, "con la peculiaridad de que todo el mundo debe ir vestido de blanco", revela Joaquín. La jornada se alargará hasta altas horas de la noche y contará con la actuación del grupo tarifeño Bohaira, también rociero.

Por último, el viernes se organizará una cena en honor de la reina de la caseta, exclusiva para los socios, en la que los asistentes se vestirán de gala, los hombres irán ataviados de traje de chaqueta y las mujeres lucirán trajes de flamenca. De nuevo actuará Sabor Marismeño a partir de la medianoche.

La caseta, al ser de un corte más tradicional donde los socios se conocen y se tratan como de la familia, no ha cambiado casi nada en bastante tiempo. "La gente conoce la caseta porque es muy tradicionalista y nunca cambia, de hecho una de las características de aquí es la sopa de ajo, que se hace desde hace mucho y que en todo este tiempo nunca ha cambiado", comenta Joaquín.

A pesar de ser una de las casetas más famosas de la Feria, el casetero confiesa que "aquí también se ha notado un poquillo el bajón por la crisis, como en todos lados, pero confiamos en que el pueblo de La Línea muestre el habitual espíritu dicharachero".