España

Uriarte dice que "ni el peor criminal" puede ser privado de sus derechos humanos

  • El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, advierte de que la "crudeza" de la campaña electoral puede impedir el posterior acercamiento requerido "por la paz y la convivencia".

El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, ha asegurado en la capital guipuzcoana que "ni el peor criminal" puede ser privado de sus derechos humanos "inviolables e inalienables" y que incluyen, entres otros aspectos, el rechazo al asesinato y a la tortura. Además, advirtió de que la "crudeza" de la campaña electoral puede impedir el posterior acercamiento requerido "por la paz y la convivencia".

  Durante su tradicional homilía, con motivo del día de San Sebastián, el prelado se refirió a los "sombríos nubarrones" que preceden a la próxima confrontación electoral, que "va adquiriendo una extraordinaria crudeza" sin visos de "sosegarse" y con posiciones que "se radicalizan".

  "Sabemos -señaló- que la liza electoral no es nunca un intercambio de buenas palabras, de palabras amables, pero cuanto más despiadada sea la confrontación entre partidos, más acentuada su vuelta a posiciones radicales, más difícil se torna la ulterior concertación y el acercamiento requeridos por la paz y la convivencia social".

  El obispo donostiarra aseguró que quienes "anhelan" la "paz y reconciliación construida entre todos y para todos" no pueden "dejar de preocuparse por un panorama poco alentador".

  Uriarte incluyó en esta situación problemas "que resultan aún más clamorosos cuando se cumplen 60 años de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre".

"Inalienables y universales"

  Defendió que los derechos humanos fundamentales son, "en primer lugar, naturales, inherentes a la naturaleza humana e inviolables, porque nadie puede ser privado de ellos, ni siquiera el peor criminal" y añadió que también son "inalienables y universales, propios de todos los seres humanos, sin excepción".

  Tras defender "el derecho a la vida", aludió a los guardias civiles asesinados en Francia por ETA, "que persiste obstinadamente en preparar nuevos atentados" y llamó la atención sobre la cada vez "mayor repulsa" a éste y "otros delitos vergonzosos" por parte de la sociedad.

  El obispo recordó, asimismo, que la Declaración de los Derechos Humanos defiende el derecho a la vida pero excluye "tajantemente" la tortura, además del destierro y las detenciones "sin todas las debidas garantías". 

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