España

¿Hará lo mismo que Aznar?

La trastada de Bono sitúa indirecta e involuntariamente el debate en la caducidad del poder, concepto alérgico para quien lo ejerce pero saludable desde la óptica de cualquier espectador. La hoja de servicios del ex presidente Aznar, con manchas notables, incluye sin embargo entre sus méritos la retirada voluntaria tras ocho años de mandato. Aquel movimiento fue elegante. Qué contraste con Fraga, el antecesor.

Zapatero no ha dicho ni mu. Nadie sabe qué quiere ser de mayor. Puede imitar a su viejo rival y largarse en 2012, transcurrido exactamente el mismo tiempo que empleó Aznar para amoldarse, utilizar y despedirse del trono. O puede -y ésta es una visión terrorífica- fijarse en Manuel Chaves y estirar hasta la jubilación y más allá las opciones con que cuente en adelante de ser nuevamente presidente. Tomar uno u otro camino definirá en gran medida su auténtico talante.

Frase manida: el poder engancha. Cierto. Engancha una barbaridad. Para evitar disgustos, algunos países se curan en salud. Austria, Irlanda, República Checa, Polonia, Bulgaria o Finlandia instauraron antes o después la limitación de mandatos. Venezuela, que también aplica el mecanismo, quería cambiar de chaqueta por expreso deseo del otro Chávez, seguramente envidioso de su tocayo.

Cabe también recuperar del baúl de las ideas la alternancia obligatoria entre partidos o "turno pacífico", como decían los ingleses cuando el flanco tory pasaba el testigo al bando wigh allá por el siglo XIX. Los detractores del sistema serían, claro, los pequeños tipo IU y toda la jauría nacionalista. En verdad, a efectos prácticos, no importa. IU está al borde de la desaparición y los nacionalistas extienden machaconamente su influencia al ámbito estatal cuando sólo piensan en el regional. Además, España es bipartidista desde hace lustros. Sería un mundo perfecto: Zapatero renuncia a perpetuarse. PSOE y PP olvidan el sectarismo porque se reparten el poder y la corrupción. Y, entretanto, el grito nacionalista ahogado por distancia que media entre Madrid y la periferia.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios