beatriz gonzález calderón, directora de la Orquesta Almaclara-Inés Rosales

"Una orquesta de mujeres es un 'shock' para algunos hombres"

"Una orquesta de mujeres es un 'shock' para algunos hombres"

"Una orquesta de mujeres es un 'shock' para algunos hombres" / belén vargas

-Almaclara cumple diez años. ¿Qué es Almaclara?

-Surge al terminar la carrera de violonchelo en 2007, cuando me encontré ante el precipicio de qué quería hacer laboralmente. Yo venía de la Orquesta Joven de Andalucía. Éramos una generación con muchísimas ganas, pero perdida porque llegamos puntualísimos a la crisis. Mi padre es pianista y mi familia me aconsejó que buscara una salida profesional que dependiera de mí. También me parecía interesante formar una orquesta sólo de mujeres por el papel relegado que ha tenido la mujer en la historia de la música. Cuando escarbas un poco, encuentras mujeres interesantísimas.

Almaclara surge como homenaje al papel de la mujer en la historia de la música"

-De ahí viene el nombre de la orquesta, en homenaje a Alma Mahler y Clara Schumann, ¿no?

-Clara Schumann fue una niña prodigio que dio conciertos por toda Europa porque era una pianista excepcional. Tuvo ocho hijos con Robert Schumann, y volvió a los escenarios para sobrevivir cuando su marido murió joven.

-La relación de Alma con Gustav Mahler fue algo más tempestuosa.

-Era otro carácter y otro tiempo. A mí me parece un personaje muy potente pero que hizo cosas sorprendentes. Una mujer tan válida y con un nivel cultural tan elevado que firmó un contrato matrimonial que decía que en el matrimonio sólo habría un músico, y por supuesto sería él. Y ella era pianista y compositora.

-Hablando de niños músicos, ¿qué lleva a una niña de 4 años elegir el violonchelo como instrumento?

-Yo no lo elegí. La música siempre formó parte de mí. Cuando era pequeña, mi sitio preferido para jugar era debajo del piano de mi padre. Aunque empecé con el piano, mis padres se dieron cuenta de que si yo estudiaba lo mismo que mi padre, estaría comparándome constantemente con él y corría el riesgo de dejarlo. A ellos les gustó siempre el chelo. Y yo tenía un físico grande, con lo que tenía aptitudes. La verdad es que me alegro mucho. Es un instrumento maravilloso.

-¿Le supuso muchos sacrificios dedicarse a la música desde la infancia?

-A mí me encantaba. Mi madre decía que parecía que iba a un parque temático en vez del Conservatorio. Recuerdo haber jugado horas y horas al escondite en el Conservatorio de Cádiz. Y cuando me trasladé a Sevilla y entré en la Orquesta de Joven de Andalucía, fue una época maravillosa, que coincidió con ese momento tan crítico entre los 17 y los 22 años, cuando realmente decides qué quieres ser.

-¿Cuál es el autor que más le gusta interpretar?

-Un instrumento tan expresivo se presta al repertorio del romanticismo. Seguramente Brahms sería mi compositor.

-¿Cuántos chelos tiene?

-Uno. Hay gente que tiene varios y me parece una locura. Mi chelo viene de la antigua Checoslovaquia y lo he ido amoldando a mí. En invierno suena mucho mejor que en verano, lo que es una tortura viviendo en Sevilla.

-¿Algún chelista que le sirva de modelo?

-Muchos. Para mí Natalia Gutman es maravillosa, sobria y emotiva a la vez. Parece una roca cuando se sienta, pero es espectacular el juego de matices que ofrece.

-¿No le interesa tocar música contemporánea?

- A nosotras nos gusta rescatar el repertorio clásico de la orquesta de cuerda, mucho menos explotado. También hago transcripciones de cosas que nos gustan. Hicimos un homenaje a Maria Callas por su 90 aniversario y transcribimos sus arias. Además, yo dirijo la orquesta tocando, no con batuta. Eso sería bastante difícil con música contemporánea.

-¿Y cómo se compagina dirigir y tocar a la vez?

-Lo pensé al principio. Pero a mí lo que realmente me gusta es tocar. Como somos 16, yo siempre digo que somos un cuarteto a lo bestia. Mi trabajo como directora se basa realmente en el ensayo. Es muy interesante porque hace que todas estemos involucradas en la música que se está haciendo. Cuando te guía una batuta, te puedes relajar, pero cuando tienes que ser parte activa porque nadie te puede ayudar, la música sale con mucha fuerza.

-¿Cuál ha sido el mayor obstáculo para que salga adelante?

-El hecho de que fuera una orquesta sólo de mujeres fue al principio un shock… para los hombres. Hubo compañeros que se sintieron desplazados y yo nunca pretendí eso. Almaclara es un homenaje al papel de la mujer en la historia de la música. Además, es verdad que nos ha cogido una crisis horrible. Y más para la música clásica, que es la hermana chica de la cultura. Eso ha sido también culpa de los propios músicos clásicos, que hemos difundido un mensaje erróneo de que es una música para la elite.

-¿Es profeta en su tierra?

-No tengo que ser profeta en ningún sitio. El que seamos una orquesta sólo de mujeres es una anécdota. Yo quiero que le gustemos a la gente y que vuelvan a escucharnos. Trabajamos para mejorar como grupo y lograr un sonido propio que sirva de referente.

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