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La vida puede ser maravillosa

  • Incontestable La Balompédica se afianza en el liderato tras regalar una clase magistral en Sevilla y aniquilar a un filial con dientes de leche Goleadores Copi se estrena en Liga con un doblete; Romerito y Bello completan la cuenta visitante

Un martillo pilón, un rodillo. La Balompédica ratificó ayer en la Ciudad Deportiva del Sevilla su condición de líder incontestable, de equipo intratable. De primer clasificado que intimida. Los albinegros rayaron la perfección en todos y cada uno de los aspectos del juego y aniquilaron a un Sevilla Atlético con dientes de leche, al que hicieron parecer paupérrimo y que acabó suplicando la hora para evitar un castigo mayor.

Más de doscientos cincuenta fieles madrugaron para presenciar la lección magistral de un equipo del que se desconoce su techo. Y regresaron con una sonrisa inabarcable y tostados por un sol de justicia.

La Balona ofreció ayer en el santuario de la cantera sevillista una lección de madurez. Disipó dudas, si es que existían, de cómo respondería a su eliminación copera y aprovechó la ocasión para dar un golpetazo en la mesa y dejar claro que si mira la clasificación desde el ático no es precisamente por causalidad. Se lo ha ganado segundo a segundo desde que comenzó la pretemporada.

El equipo de La Línea practica un fútbol desabrochado, sin tapujos. Hace circular el balón con criterio y en cada momento da la sensación de saber qué persigue. Ismael Chico, que va a más, engrasa una medular incisiva y si algo está claro es que cada letal salida en avalancha en busca del marco contrario termina en disparo. Unas veces con más peligro y otras, con menos, pero en disparo. Para no dar opción a una contra del rival.

Pese al riesgo que entraña esa filosofía descarada, a ratos se antoja que bordeando lo suicida, la Balona añadió ayer a sus muchas virtudes ofensivas una solidez en el trabajo de retaguardia que hasta entonces estaba, como poco, en entredicho. Un equipo casi perfecto, vaya.

Pero, por encima de todo, Rafa Escobar, porque suyo es el mérito, ha conseguido que el suyo sea un bloque solidario, generoso en el esfuerzo hasta la extenuación. Intachable en ese aspecto. Que sigue presionando la salida del balón del enemigo incluso cuando disfruta de cuatro tantos de ventaja y el cronómetro camina ya por el tiempo añadido. Y si algo enamora a su parroquia es que su Balona sea recia. Así que no es difícil entender que la grada esté ya decididamente a los pies de sus jugadores.

Después de unos primeros compases en los que los rivales se estudiaban, la Balona, cansada de amagos, tomó el mando de las operaciones en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros. Como si Escobar hubiese pulsado un invisible botón de on.

A los 17' un Copi resucitado no llegó por milímetros a un centro de Antonio Merino. En los minutos 18 y 20 sendos fuera de juego por un pelo privaron a David Hernández del cero-uno. En el 23' lo intentó Chico Díaz desde la frontal del área y en el 24, cambió por fin el resultado. Antonio Merino completó una pared y se encontró con un mano a mano que salvó Dani Jiménez in extremis. El correspondiente saque de esquina lo botó Bello y Romerito, debutante en Liga, cabeceó a la red.

El filial andaba aún tambaleándose cuando Copi tiró de picardía, pescó un mal despeje hacia atrás de la defensa y alargó la diferencia. El algecireño, que ya marcó en Copa, se estrenaba en esta competición.

En plena exhibición balona, David Hernández estrelló el esférico en el poste y perdonó la puntilla. Igual el contrincante hubiese agradecido rendirse ya a esas alturas.

Tejada intentaba dar algo de sentido al juego de su equipo cambiando a Luis Alberto de posición, pero aunque es cierto que el de Primera atesora muchísima calidad, es demasiado poco arsenal en un plantel limitado hasta decir basta. Y además se emparejaba bien con Francis bien con Ismael Chico. O lo que es lo mismo, con los más cansinos del planeta.

El Sevilla Atlético lanzó por primera a puerta en el 39' y fue Jairo Caballero el que en el 41' brindó a Pagola la oportunidad de acreditarse. Poco, muy poquito más, se dejó sentir el filial en ataque.

La Balompédica se fue al descanso con el trabajo hecho. Y volvió al césped con las ideas muy claras. Permitió al filial nervionense irse arriba y aunque alguna acción aislada como un cabezazo de Hiroshi pudo servir para que el Sevilla Atlético acortase distancias, en el 69' los linenses cerraron el partido con una generosa asistencia de David Hernández a Copi que éste resolvió de manera magistral con una vaselina que logró concretar pese a que el balón le botó en falso.

Como en el primer periodo, el gol dejó atolondrado al enemigo y a renglón seguido, otra contra que tuvo su origen en Bello en campo propio, permitió a éste plantarse en inmejorable situación y redondear el marcador.

El resto de la mañana sólo sirvió para que la afición de La Línea afinase sus voces de cara al partido del Cádiz con cánticos y para que Ocaña, que entró para jugar un ratito, demostrase que con espacios disfruta y hace disfrutar.

Después de un mes la Balompédica habita en las alturas y su afición, en la gloria. Pedir más puede que sea hasta pecado.

Árbitro: M. Ángel Ortiz Arias (Madrid) HH

Tarjetas: Amarillas a los locales Samu (15'), Hugo (40') y Deivid (64') y a los albinegros Romerito (30') e Ismael Chico (49').

Goles 0-1 (24') Romerito, de cabeza, a la salida de un cóner. 0-2 (26') Copi. 0-3 (68') Copi, de vaselina. 0-4 (70') Bello culmina una contra que él mismo comenzó en campo propio.

Incidencias: Encuentro de la cuarta jornada de Liga en el grupo IV de Segunda B, disputado, en horario matinal, en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros, en Sevila, ante unos quinientos espectadores, 250 llegados desde La Línea. Muchísimo calor.

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