El Oh!Tels Unión Linense de Baloncesto afronta el sábado (19:00) el encuentro más importante de la temporada. Después de cuatro derrotas consecutivas el equipo de La Línea precisa una victoria que le garantice la presencia en las semifinales de la Conferencia Sur de la Liga EBA. No es que la derrota suponga, necesariamente, la eliminación, pero los albinegros se exigen entrar en esa ronda por derecho propio y por la puerta grande. Paradojas de esta cuarta categoría nacional, el conjunto linense afronta ese choque en el mismo escenario y contra el mismo rival al que se enfrentó hace once meses en el cruce decisivo que conducía a las finales a cuatro por el título nacional.

Aunque la escuadra linense sólo lleva dos años militando en la categoría, ULB y Medacbasket, el equipo que engendró la Fundación Javier Imbroda, ya tienen su particular intrahistoria, que el sábado tendrá un nuevo capítulo. Esta vez, casi decisivo para los locales. Intrascendente para los malagueños.

La temporada pasada se enfrentaron cuatro veces, dos de ellas en la eliminatoria que de facto suponía la tercera fase, posiblemente el emparejamiento que haya provocado más escenas emotivas de cuántos ha disputado el equipo de La Línea en estas dos andaduras.

Los linenses -que habían acabado líderes la fase regular- y los malacitanos estrenaron la segunda fase en la 2015-16. Los de La Línea consiguieron una victoria por dos puntos y siguieron poniendo las bases de su éxito final (63-61).

Después de eso y por diferentes circunstancias la ULB jugó tres partidos como visitante. Perdió los dos primeros y con ello, el liderato de la competición, pero se fue a Málaga y después de una prórroga y de un partido trepidante se impuso por 76-81.

Los de La Línea finalizaron cuartos y su rival, quinto, en la mal denominada fase por el título. Por ello el primer encuentro de aquella eliminatoria a doble vuelta y por puntos (a la antigua usanza) ese jugó en la capital de la Costa del Sol. En ese partido el equipo de Javi Malla estuvo virtualmente eliminado, ya que llegó a estar 28 puntos abajo en el minuto 34, pero sacó la raza y redujo la diferencia a diez (80-70)

El partido de vuelta se planteó como una final. Pasó casi de todo, incluida la lesión de Juanma Ruiz que acabaría por suponer el punto final a su prolongada carrera. Con once arriba (75-64) y balón en posesión de los locales, el equipo malagueño no forzó la falta y los de Malla llegaban a las finales a cuatro, en las que la suerte les volvió la espalda.

Esta misma temporada, hace apenas un mes, los linenses acudieron a Málaga, donde empezaron a dejar señales de que el mal del viajero no era precisamente algo casual. Cayeron 74/69 sobre todo como consecuencia de una espectacular actuación de Pablo Ibáñez, que mereció 66 de valoración, una cifra totalmente estratosférica.