Fútbol l Segunda división B

La paz no llega al Algeciras

El Algeciras sigue en estado de sitio. El principal patrocinador del club, Miguel Ángel Verdejo, se desplazó ayer desde Cataluña para intentar hablar con la plantilla y buscar una solución a la grave crisis interna desatada tras su polémica rueda de prensa del martes, pero tuvo que emprender el regreso por la noche sin lograrlo. Los futbolistas, que en un comunicado el miércoles ya habían advertido que no le reconocen ninguna autoridad, se fueron del estadio sin hablar con él. El empresario se enfadó y amagó con dejar el club, mientras el presidente, Manolo Ocaña, redactaba su segunda carta de dimisión en dos semanas y llegaba a comunicar su marcha al entrenador, José Luis Montes, con el que mantuvo una breve conversación. Después el ambiente se calmó, Ocaña y Verdejo se comprometieron a seguir adelante e intentar de nuevo el contacto con los jugadores el próximo lunes, una vez haya pasado el partido contra el Linares.

Ese día puede pasar cualquier cosa, aunque con el actual panorama no habrá muchos cambios. Las posturas están enconadas y, ante la cercanía del encuentro, han decidido ignorarse.

El pasado martes Miguel Ángel Verdejo, enojado por el comunicado de la plantilla en la que pedía la dimisión del director deportivo, Miguel Morilla, enfadó a los jugadores, técnicos y empleados con unas duras manifestaciones: "Aquí hay un cáncer y fuera, también. Hay muchos socios que critican, pero aquí ha habido unas elecciones y no se ha presentado ninguno, así que, ahora, que se vayan a tomar por culo", dijo, además de anunciar represalias y amenazas en varias direcciones. El jueves pidió perdón al algecirismo por estas declaraciones en otro comunicado, pero no nombró a los trabajadores del club, contra los que también había arremetido. La reacción del vestuario fue clara. "A nosotros nadie nos ha pedido disculpas y nos remitimos al escrito del pasado miércoles", dijeron tanto el capitán, José María Jiménez May, como el entrenador, José Luis Montes. La realidad es que en varios medios de comunicación Verdejo sí pidió perdón a la plantilla, aunque lo hizo con la boca pequeña y esto propició que los jugadores se negaran ayer a recibirle.

Anoche, de regreso a Barcelona, el empresario se mostró parco en palabras. "Todo está bien ya. No he podido hablar con los jugadores pero voy a seguir a lo mío, que es pagarles cuanto antes", subrayó. Sobre su posible abandono y la dimisión de Ocaña, Verdejo resumió: "Yo le decía que me iba y él que se iba conmigo, pero hemos decidido quedarnos. Los dos hemos iniciado esto y vamos a terminarlo. Esperemos que tenga un final feliz", explicó el patrocinador, que el lunes intentará hablar de nuevo con los futbolistas. "No me queda más remedio que seguir intentándolo", finalizó el catalán de origen cordobés.

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