la consulta del especialista

La lesión impronunciable

  • El síndrome de Osgood-Schlatter se manifiesta con un 'bulto' en la rodilla

Cuando el otro día colgué en Facebook mi último artículo publicado en este medio, un paciente me instó a hablar sobre una lesión que no sólo él mismo ha padecido sino alguno de sus hijos. El nombre de la misma supone un reto para el que quiere intentar recordarla, Osgood Schlatter. En el año 1903, el cirujano norteamericano Robert Osgood y el suizo Carl Schlatter describieron la inflamación que a continuación se describe y que lleva su nombre.

Otras similares son la de Server (talón) y de Iselin (base del quinto dedo del pie)

¿Por qué se produce?

El tendón rotuliano, que es el encargado de extender la rodilla y de saltar. Cuando realizamos alguna de estas actividades deportivas, el tendón se estira y encoge como una goma.

Hay muchas causas que provocan dicha tendinopatía. Lo más frecuente es que sea el resultado de prolongadas y repetidas sobrecargas mecánicas. Los cambios que se producen en el espesor del tendón son debidas, al comienzo del proceso, a microrroturas que provocan el deterioro del colágeno y conllevando a la producción de la fibrosis (tejido de cicatrización). El colágeno es un elemento fundamental del tendón y es responsable de la mayoría de las propiedades de los tendones como es la capacidad de adaptación al esfuerzo y la elasticidad. Si se produce la fibrosis, el tendón deja de ser una "goma elástica" para convertirse en una "cuerda", con la consiguiente peor adaptación al esfuerzo que en su estado natural. La lesión se suele producir con más frecuencia en la unión del tendón con el polo inferior de la rótula, aunque la parte fundamental del tendón quede intacta. Esto se denomina entesis del polo inferior de la rótula y supone el 90% de la patología que asienta sobre el tendón rotuliano. No hay que olvidar la tendinitis que afecta a los jugadores jóvenes que es la que asienta en la unión del tendón anterior de la rodilla con la tibia, lo que fue descrito hace años como el síndrome de Osgood-Schlatter, y en ocasiones se aprecia un "bulto" en la parte inferior de la rodilla, correspondiente a la unión del tendón-hueso que se hace muy prominente y dolorosa sobre todo en períodos de crecimiento, pasando a ser asintomática cuando el crecimiento cesa tras la adolescencia. Suelen ir asociadas a la frecuencia e intensidad de ejercicio y ocurren en el 50% de los niños que practican deporte. Además cuando se produce un pico de crecimiento entre los 6 y 14 años, los tendones y músculos no se adaptan de la misma manera, provocando una tensión importante en la unión tendón-hueso. Las más frecuentes son la enfermedad de Osgood-Schlatter o inflamación del tendón rotuliano en la rodilla, enfermedad de Sever que es el dolor en el talón de los corredores o futbolistas, y de Iselin, que es la inflamación de la base del quinto dedo del pie. Esa zona en crecimiento suele ser más blanda y por tanto más sensible a las tracciones de tendones tan importantes como el rotuliano o el Aquiles. Si debido al ejercicio, se producen continuas tensiones en la inserción del tendón, es como si esa unión tendón-hueso se despegara del hueso, dando lugar a un dolor que en ocasiones es muy limitante y la aparición de un "bulto" justo debajo de la rodilla, signo típico del Osgood Schlatter.

Las causas por las que se producen estas lesiones van estrechamente relacionadas con las características del entrenamiento, la frecuencia, duración, intensidad, el tipo e idiosincrasia de la competición y a superficie de juego, entre otros se consideran los factores extrínsecos o que no dependen del jugador. Pero hay otras particularidades que dependen del propio jugador y su morfología como, por ejemplo, las alteraciones del eje del aparato extensor como cuando las rodillas se encuentran en posición de X o genu valgo, o cuando la forma de las piernas tiene aspecto de "paréntesis" o genu varo. Rótulas grandes o rótulas demasiado altas hacen que los tendones de la rodilla estén demasiado alargados y sufran latigazos y movimientos rotatorios forzados cuando se realiza el salto o los giros.

En los últimos años la frecuencia de este tipo de lesiones se ha disparado debido al incremento de frecuencia e intensidad de los entrenamientos y un ritmo de competición más exigente y extenuante. Las roturas del tendón rotuliano no son tan infrecuentes durante la práctica del fútbol y el mecanismo para que esto suceda es el mecanismo de la impulsión cuando el jugador va a saltar; en este caso, el tendón se rompe limpiamente. Pero cuando hay una caída o un traumatismo sobre la rodilla, se produce un arrancamiento del tendón con la pastilla ósea correspondiente.

Prevención

Se puede prevenir la aparición de la tendinitis de rodilla. Es importante la realización de ejercicios excéntricos con goma elástica para que el tendón se acostumbre de una manera más progresiva y fisiológica a las tracciones. Puede ser interesante el uso de una cincha infrapatelar. Es como un brazalete que se sitúa alrededor de la rodilla para que las cargas se trasmitan justo hasta dicha cincha y la zona inflamada no reciba impactos.

Tratamiento

En el caso de la lesión Osgood Schlatter, recomendamos sobre todo paciencia a los padres y a los niños. El primer paso es el cese de las actividades que han provocado la lesión. Sin embargo, esto no implica hacer otros deportes que no sobrecarguen el tendón. Recomendamos la elíptica como máquina o ejercicio de poco impacto y no queremos perder la forma física, la piscina pero siendo muy cuidadoso con los ejercicios, por ejemplo, evitando la braza. Lo normal es que la sintomatología ceda pero que pueda reactivarse al retomar los entrenos con intensidad. Es importante saber que la clínica desaparece cuando el crecimiento óseo esté más desarrollado y cercano al cierre. En el caso de los adultos, puede haber detrás una tendinitis rotuliana en toda regla.

El frío local y los antiinflamatorios, ya sean locales u orales, están indicados durante al menos 7 días. Es importante continuar con tratamiento rehabilitador. Este debe ir orientado, básicamente, a reducir la inflamación y el dolor. Se pueden utilizar diferentes tratamientos como EPI, TECAR, onda corta… Además, el fisioterapeuta nos indicará una rutina de ejercicios excéntricos destinada a readaptar el tendón rotuliano a los nuevos esfuerzos, a preparar el tejido para que responda sin sobrecargas.

En el caso que con este tipo de tratamiento, la situación no mejore y, en cuanto comenzamos la actividad física se produce una recaída, estaría indicada la realización de infiltraciones con plasma rico en factores de crecimiento. Esta terapia biológica muy de moda, consiste en la extracción de sangre al paciente, centrifugarla separando las células sanguíneas que reparan, las plaquetas, del resto de células como las que transportan oxígeno, activarlas mediante la aplicación de cloruro cálcico, e infiltrarlas en los alrededores del tendón. De esta manera se consigue activar la reparación completa del tendón por tejido de cicatrización de calidad. Esto debe ser repetido en un par de ocasiones durante dos o tres semanas. Se suele conseguir una remisión completa de la sintomatología y el deportista debe ir progresando, poco a poco, en su disciplina deportiva.

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