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Un juguete en manos del Barça

  • Aplastante El cuadro blaugrana domina el partido a su antojo y sólo cuando baja los brazos permite acercarse al Algeciras Colista Los albirrojos caen al farolillo rojo tras el triunfo del Teka Cantabria, el próximo rival de los de Ricard Franch

Una película resulta poco interesante y aburrida cuando el guión es previsible y el espectador sabe con antelación lo que va a ocurrir. Así ocurrió ayer en el encuentro entre el Algeciras y el Barcelona, en el que cabía esperar un cómodo triunfo de los azulgrana. Así fue. El Barça, guiado por Iker Romero en ataque y Jesper Noddesbo en defensa, manejó el partido a su antojo y los albirrojos resultaron un juguete en manos de un equipo que llegaba con la necesidad de ganar para seguir peleando por el liderato y cumplió su objetivo con creces.

Lo predecible de la derrota no resta gravedad a las consecuencias de la misma. El equipo sólo ha vencido uno de los últimos nueve encuentros y ha perdido los otros ocho. Esa mala racha y la victoria ayer, en Granollers, del Teka Cantabria hace colistas a los albirrojos, que comienzan a ver el precipicio demasiado cerca. El miércoles se miden a los cántabros en un partido de tintes trágicos y que puede marcar el futuro más inmediato de la entidad que preside Ríos Corbacho.

Los algecireños sólo pudieron plantar cara durante los primeros 15 minutos, con una actitud descarada, entrando en un rápido intercambio de golpes del que no salieron muy mal parados -8-10 tras el primer cuarto de hora de juego-. Ante el temor de que el sobreesfuerzo físico pasase factura antes de tiempo, los albirrojos trataron de bajar el ritmo, pero el cambio coincidió con los mejores momentos en defensa del Barça. Noddesbo se convirtió en un muro que provocó numerosos errores en los ataques locales e Iker Romero guió a los suyos en vertiginosos contragolpes que comenzaron a levantar una ventaja que acabó con las ilusiones algecireñas demasiado pronto.

El desastre ofensivo de los locales les llevó a no anotar un solo gol durante seis minutos (del 18 al 24) y sólo las paradas de Tsilimparis evitaron una diferencia mayor en el electrónico. Cadenas comenzó a rotar a su equipo, que se tomó unos minutos de relajación antes del descanso, aunque sin dejar de controlar el partido en ningún momento.

La manifiesta superioridad de los visitantes quedó patente en el primer tercio de la reanudación. Romero seguía a lo suyo, haciendo goles, y Rocas encontró el hueco en el extremo derecho para terminar de romper a un Algeciras que apenas aguantaba en pie. Los albirrojos volvieron a acumular un periodo de siete minutos sin marcar (del 34 al 41) y comenzó a gestarse la goleada azulgrana.

El conjunto de Ricard Franch, que mantuvo su actitud descarada, jugando con velocidad, lo que continuamente desembocaba en precipitación en sus ataques. Poco a poco el equipo fue rompiéndose y funcionaba sólo con los coletazos que podían dar Nadoveza y Nenadic, que se dedicaron a jugar de cara a la galería.

La lógica y esperada relajación del Barça fue llegando, aunque los actores secundarios, como Ugalde o Jerome Fernández, mantuvieron una amplia ventaja en el marcador para los barcelonistas. Sólo la entrada en pista del algecireño Juanma Cruz llevó un poco de alegría a la afición local, que comenzaba, como el equipo, a pensar más en el importante partido del miércoles que en el que aún se estaba jugando en la cancha.

Las cosas no estaban para soñar en la entidad albirroja antes de este partido, pero la dosis de realidad resultó excesiva para un equipo acuciado por los problemas económicos, que volvió a superar los 40 goles en contra y que comienza a verse demasiado hundido en la clasificación. La crisis ya ha saltado a la cancha y la situación es cada vez más crítica.

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