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Una jornada aciaga para los 'cazautógrafos'

  • El equipo español tuvo pocos gestos con una afición entregada a pesar de todo

"¡¡¡Fernando, un autógrafo!!!". Y Verdasco se metió en el coche con prisa, tras meter en el maletero su bolsa. "¡¡¡Feliciano, un autógrafo!!!". Y Feli instó a los aficionados a otro momento, porque "tenemos mucha hambre y tenemos que irnos ya". "Nosotros también la tenemos, y llevamos aquí dos horas esperando que salgáis", le espetó una aficionada. No surtió efecto la plegaria. Pero la señora se quedó contenta con ver al toledano a apenas 50 centímetros. La sonrisa ya no se le fue de la boca. Ya tenía algo que contar en casa en el almuerzo, después de una mañana de domingo apostada en la Avenida Gran Vía Parque.

Y no fue a la única que le dio igual esperar por algo que nunca llegó. Es lo que tiene la Copa Davis, lo que tiene que a tu ciudad llegue un acontecimiento de dimensión mundial con gente que habitualmente sólo se ve a través de la pequeña pantalla. Que todo da más o menos igual.

O eso pareció cuando el medio centenar de seguidores que se apostó en una de las puertas del Coso de los Califas se fue marchando sin hacer ruido, viendo cómo los coches oficiales del equipo español se iban directamente al hotel al filo de las 13:00. Su premio, sólo el de algunos, fueron alguna que otro foto con los móviles de última generación. Pero de autógrafos, nada de nada. De gestos con los aficionados, muy pocos.

Los únicos afortunados fueron los escasos seguidores que pudieron entrar a la plaza de toros en un entrenamiento cerrado para el público y, teóricamente, sólo abierto para los medios de comunicación... y los trabajadores que se afanan en terminar las gradas laterales, las más cercanas a la pista. Pero ya se sabe que el que puede tirar de contactos, lo hace. Y más si es para echarse una foto con Fer o Feli. Dos chicos con cuerpos danone que no dudaron ni un segundo en despojarse de sus camisetas para lucir musculitos durante su sesión de trabajo. Ferrer, más modesto, no dejó ver su cuerpo. Lo que importa aquí es el tenis que llevan dentro. El que sacarán a relucir desde el viernes para acabar con los franceses.

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