Valencia Mestalla-Algeciras cf

El final que nadie quiso ver (1-0)

  • El Algeciras, un año después de volver a Segunda B, consuma la pérdida de la categoría en una eliminatoria de permanencia a la que nunca debió llegar Los de Sanlúcar no tienen opción alguna de remontada ante un filial del Valencia que mata en el minuto 81

Y al final, el Algeciras se quemó en las llamas del infierno de Tercera división. Fue en la tierra de las Fallas, en Valencia, pero su peligroso juego con las brasas viene de mucho antes. Nunca debió llegar a esta fase de permanencia. La derrota de ayer sólo fue el descenso definitivo pero de alguna manera los albirrojos han descendido muchas veces en la segunda vuelta. Ante el Arroyo, en el penalti ante el Granada B, ante el Cartagena, en La Roda, el domingo anterior en el Nuevo Mirador... y ya irremediablemente ante el Valencia Mestalla, que se salvó porque fue mejor.

No hubo giro inesperado ni final feliz. El guión que parece haber sido escrito por un maquiavélico enemigo del Algeciras pone el fin de la historia con el equipo albirrojo en la temida Tercera división después de que Mestalla se hiciese demasiado grande a la remontada algecirista. Una segunda vuelta incomprensiblemente pésima, un exceso de confianza, la falta de un serio golpe en la mesa y unas decisiones equivocadas a casi todos los niveles llevaron al equipo de La Menacha a la promoción, primero, y al querer sin poder, después.

El Algeciras es ese equipo que hace del fútbol un deporte de riesgo. Ha estado tres cuartos de Liga salvado, tuvo la permanencia definitiva al alcance de su mano en infinidad de ocasiones pero descendió en el último cuarto. Fue a Mestalla -hasta para el fracaso es especial- a por la traca final tras una temporada de grandes momentos pero se encontró con una piedra demasiado pesada para un conjunto que ha llegado al final con las fuerzas muy justas -tal vez excesivamente explotado en la primera vuelta- para hacerle caso a lo que dicta el corazón, que pide no rendirse jamás, pero no a la cabeza.

No hubo traca final, la pólvora se mojó, o siguió mojada. Ni Martins ni Alfaro ni otro fueron capaces de encender la mecha del primero de los dos tantos necesarios y que hubiese cambiado el panorama, entregado el nerviosismo a un rival arropadísimo por 15.000 almas pero inseguro en defensa y contar con alguna posibilidad. Ayer, ante el Valencia Mestalla, el Algeciras jamás dio sensación de poder remontar ni salvarse.

El Algeciras se vio superado por las circunstancias. Era realmente complicado remontar en un escenario así, teniendo que hacer dos goles y teniendo en cuenta la nefasta trayectoria del equipo, sobre todo, lejos de casa. A pesar del intento de Manolo Sanlúcar de cambiar cosas al dejar a Máiquez en el banquillo y meter a Melchor y a Alfaro en un mismo lateral, el conjunto albirrojo fue el de siempre. Muchas ganas pero poca claridad cuando se trata de buscar portería.

Abusó como otras tantas veces de los pelotazos, esta vez a un Martins que no fue ni una sombra del de la ida y le costó pelearse con los centrales rivales. La presión, de más a menos, era un arma de doble filo. Cuando los valencianistas, acomodados por el resultado, superaban la primera línea de esa presión, el Algeciras quedaba partido en dos y había mucho espacio para el peligroso ataque che. Lo mejor que tiene sin duda.

Javi Chico quería hacerlo todo, se echó las responsabilidades a la espalda durante todo el partido, dejó destellos de su buen fútbol en la amplitud de Mestalla pero tanto su trabajo como el de Mario, ambos a los mandos, estaba desconectado con los atacantes y no hubo buenas conexiones. Todo a un ritmo trotón, demasiado precipitado y ofuscado en las últimas decisiones.

Es muy difícil armar una remontada desde el temor a ser machacado, un temor lógico por el peligro de un rival que tuvo más y mejores en el primer tiempo. Robert, que probó a Romero en el minuto quince, Fernando Cano y Chumbi, y Gayà desde la segunda línea, salían cual caballería en busca de Romero, que retrasó el descenso con sus intervenciones.

La mejor, o casi la única del Algeciras, llegó en el 23'. Alfaro centró y Jaume, un portero dicen que de futuro, arrebató el remate a Carlos Andújar. El extremeño termina la temporada y posiblemente su paso por el Nuevo Mirador con muchísima decepción. No es el único.

No cambió nada en la segunda parte. El Algeciras robó la pelota al Mestalla, que tampoco se incomodó demasiado aunque sí sintió el miedo en varias opciones aisladas. Esa pudo ser otra de las claves. A los de Manolo Sanlúcar les faltó continuidad en sus ataques.

Portu, que hizo un gran trabajo en el centro y fue reconocido por su público, sacó un balón entre palos que desvió Mario. Con la entrada de Iván y Javi Fernández, dos que tendrían que haber tenido más minutos esta temporada, el equipo ganó presencia. En el 75', Berlanga remató a gol pero el linier señaló fuera de juego. Si fue, fue muy justo.

Chumbi, que parecía desaparecido pero hizo un buen trabajo de pelea, avisó antes de matar. Asestó el golpe de gracia en el 81'. Se coló en el área y cruzó a gol. Mestalla entonaba un cruel "a Tercera, oé". Tan cruel como la forma de descender. Tan cruel como real. El Algeciras es de Tercera.

Árbitro: Javier Alberola Rojas (castellano-manchego). Llevó bien un encuentro con mucha tensión en algunos momentos. El tanto anulado a Berlanga por un fuera de juego señalado por un asistente, la única duda.

tarjetas: Expulsó con roja directa al visitante Iván (88'). Amarilla a los algeciristas Mario (29'), Víctor González (44'), Melchor (66') y Javi Fernández (90'); y sólo al visitante Gayà (73'). También vieron amarilla los dos técnicos

gol: 1-0 (81') Chumbi se introduce en el área albirroja y fusila por bajo a Romero.

incidencias: Encuentro de vuelta de la fase de permanencia en Segunda B disputado en el estadio de Metalla en Valencia ante unos 15.000 espectadores

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