Baloncesto l LEB Oro

"Estaría encantado de volver a pertenecer algún día al Villa"

  • El pívot, que vivió la mejor temporada de la historia de los gualdiverdes, regresa el viernes al Samuel Aguilar. "Guardo un magnífico recuerdo de todo aquello", dice

Su nombre es Manuel Gómez y nació en Betanzos (La Coruña) hace veintinueve años. Aquí se le conoce como Manu Gómez, uno de los golden's Barrios, del equipo de baloncesto profesional que más satisfacciones ha dado a la Villa en toda su historia. El que hace apenas siete meses estaba peleando por el ascenso a ACB.

Manu Gómez salió del club como lo hace casi todo, sin apenas hacer ruido, casi sin despedirse. Lo hizo en medio de aquella situación de indefinición que vivió el conjunto barreño el pasado verano y se enroló en el Ford Burgos, cuyo proyecto inicial apenas tiene que ver con la penúltima posición que ocupa en la clasificación. El pívot gallego no lo reconoce abiertamente, pero de la conversación con él se deduce que no está demasiado satisfecho con aquella decisión que él justifica con un lacónico "es la vida del deportista, ya se sabe". El viernes estará en casa. Con otra camisola, pero en casa.

"Sería absurdo negar que estaba muy a gusto en Los Barrios", dice con rotundidad. "Estaba muy contento, pero llegó la oferta del Burgos y las decisiones hay que tomarlas cuando hay que tomarlas, así que es mejor no darle más vueltas".

Y al ser preguntado por si algún día volverá a vestir le elástica barreña, responde: "Estaría encantado. Pero de estas cosas no me gusta hablar, porque nunca se sabe qué va a suceder".

"Lo que sí es cierto es que me fui sin tener problemas con nadie, que guardo un recuerdo magnífico de todo aquello y que lo único que pasó fue que surgió lo de Burgos en un momento determinado y acepté". "La temporada pasada estuvo llena de satisfacciones y eso cala en uno", advierte. "El éxito estuvo, entre otras cosas, en que hicimos un grupo espectacular, más que una plantilla éramos un grupo de amigos y en la cancha todos nos sentíamos importantes". "La prueba es que es rara la semana que no hablo con Rivero y con Chagoyen y que nos decimos aquello de cuánto nos echamos de menos", confiesa. "Lo mismo que cuando coincidimos en cualquier partido con Julio [González], Ricardo [Guillén]… siempre encontramos la forma de estar charlando un buen rato".

Y seguramente porque no ha terminado de romper amarras con el vestuario del Samuel Aguilar, siempre creyó en la resurrección de los gualdiverdes. "Conociendo a Moncho [Fernández] y sabiendo lo que pueden aportar en un vestuario Pedro Rivero y Chagoyen estaba convencido de que saldrían hacia arriba y ahí están los números", dice. "A veces los que convivís con el equipo no os dais cuenta, pero no es fácil jugar ahí porque puede que el club no meta presión directa, pero sí existe una gran presión indirecta", apostilla.

"Por otro lado, todo el mundo quiere ganar siempre y el profesional está obligado a saber convivir con ello", puntualiza.

Al analizar el encuentro con el que se cierra 2007, Manu Gómez interpreta que es mucho más importante para el Burgos que para el conjunto de casa. "Es que dada nuestra situación, con sólo tres victorias, cada encuentro, queramos o no, es como una final", explica. "Fuera estamos un poco mejor que en nuestra pista y con esa confianza viajamos. La verdad es que resulta difícil explicar qué nos está pasando en casa".

"¿Qué espero de Los Barrios? No los he visto jugar, pero me cuentan que lo están haciendo realmente bien y yo sé que con ese entrenador van a ser siempre un equipo peleón, de esos que no dan nada por perdido".

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