la consulta del especialista

Del deporte también se sale

  • Es una droga. De las buenas, lejos de machacar neuronas, provoca reacciones positivas en nuestro sistema nervioso Efectos. El cerebro rinde más y el estado de ánimo se refuerza

El pádel, uno de los deportes de moda.

El pádel, uno de los deportes de moda. / Raúl Caro/efe

ésa frase me la decía un amigo vía WhatsApp hace unos días junto a varios emoticonos de pensar. Ni que decir tiene que dicho amigo no hace ningún tipo de ejercicio, se jacta de ello e incluso intenta ridiculizar a los que sí nos gusta y apasiona el deporte con frases como ésa junto a otras del tipo de "correr es de cobardes". Si uno piensa en la frase, ésta tiene mucho sentido. Hace ver al deporte como una droga, como algo que te engancha y requiere un esfuerzo importante para poder dejarlo, como ocurre con el tabaco, el alcohol o las pastillas para la ansiedad, por no entrar en otras drogas más duras. Y tiene razón, el deporte es una droga, pero una de las buenas que lejos de machacar el cerebro y las neuronas como las otras, provoca reacciones positivas en nuestro sistema nervioso que hacen que nuestra conducta se base en entrenar para poder obtener nuestra dosis de neurotransmisores para que el cerebro rinda más y nuestro estado de ánimo se refuerce.

A mayor regularidad y constancia, mayores estímulos y descanso más placentero

¿Por qué es una droga?

El ejercicio físico regular coloca. Quiere decir que las sensaciones que provoca en el cerebro y en el cuerpo son tan potentes como las que generan las "drogas de verdad" pero sin el perjuicio para la salud. Si nuestros jóvenes, en lugar de estar en un parque bebiendo alcohol o fumando marihuana hasta perder el sentido, descubrieran que pueden encontrar sensaciones y estímulos muy similares para el Sistema Nervioso Central como las que provocan las drogas o el alcohol, los parque permanecerían desiertos y los polideportivos colapsados de gente en busca de su dosis conseguida mediante el sudor, sin recurrir a camellos ni sustancias perniciosas para el cuerpo.

El ejercicio físico:

-Aumenta la sensación de bienestar, autoestima, entusiasmo, confianza, imagen corporal, funcionamiento intelectual.

-Disminuye ansiedad, depresión, tensión, hostilidad. Mejora el control del estrés personal y laboral. Hay 4 neurotransmisores básicos que se relacionan con el estado de ánimo que son epinefrina, dopamina, serotonina y las conocidas endorfinas. La epinefrina, perteneciente al grupo de la adrenalina, es la encargada de la alerta. Los anglosajones le llaman la sustancia de luchar o correr (cuando es segregada, nos enfrentamos a la situación de peligro, PELEA, o bien, cuando no, es cuando decidimos HUIR). Las más importantes son la serotonina y la dopamina. Respecto a la primera es el antídoto contra la depresión ya que nos eleva la moral y el estado de ánimo. Pero se encuentra por debajo de sus niveles normales en situaciones de estrés y ansiedad, o si nuestra dieta es rica en ácidos grasos y pobre en carbohidratos. La dopamina es la responsable del ciclo sueño/vigilia. Sus niveles se alteran en situaciones parecidas a la serotonina, no en vano están muy relacionadas. Cuando la serotonina aumenta en el cerebro, lo hace la dopamina. Estos dos neurotransmisores aumentan durante el ejercicio de intensidad moderada pero relativamente prolongada como puede ser correr, bicicleta, natación o caminar. Esa actividad provocará un mejor descanso. Los depósitos de estos mediadores son repuestos durante la noche. Si ésta es de sueño escaso o insuficiente, no permite alcanzar los niveles perdidos durante el día, y encontrarnos la siguiente jornada decaídos, sin fuerzas. Si el ejercicio es muy intenso o explosivo, el efecto es el contrario, el nivel de dopamina baja y puede que nos cueste conciliar el sueño. Este mecanismo es la respuesta a por qué los problemas se ven de una manera al empezar a correr, en mi caso, y se transforman en otros problemas mucho más fáciles de resolver, tras la ducha postentreno. Si estamos de mejor humor, tendremos un mayor apetito sexual.

-Aumenta la capacidad de concentración.

-Mejora la vida sexual, aumentando el deseo y la capacidad de mantener relaciones sexuales.

-El ejercicio favorece la aparición de endorfinas que son las sustancias encargadas de la analgesia y el alivio del dolor tras un esfuerzo, y responsable de esa sensación de cansancio placentero tras un ejercicio intenso, que desencadena toda la cascada de reparación como es el descenso de la frecuencia cardíaca y respiratoria, relajación muscular y mejora del sueño. Las endorfinas son los analgésicos naturales que fluyen por nuestros capilares una vez terminamos el entreno. Nos proveen de ese "cansancio placentero". Curiosamente, su nivel en sangre NO depende de la intensidad del ejercicio, ni siquiera del tipo de actividad, sino de la frecuencia y regularidad. Cuanto más regulares seamos, más endorfinas segregaremos y más bienestar percibirán nuestros músculos y articulaciones. Pero hay una paradoja. Dichas endorfinas circulan por la sangre y no pueden atravesar la barrera que protege al cerebro de cualquier germen, virus o sustancia potencialmente tóxica, la barrera hematoencefálica. Esa barrera es muy difícil de atravesar. ¿Cómo entonces el cerebro padece el efecto de las endorfinas sino pueden alcanzar a las neuronas? Pues porque las mismas neuronas producen unas sustancias similares a las endorfinas, las encefalinas u opioides endógenos. Ellas sí son las responsables del efecto relajante a nivel mental tras el ejercicio.

¿Puede el estado de ánimo variar en función del ejercicio?

Rotundamente sí. Sabemos a ciencia cierta que el ejercicio tiene efectos positivos a nivel físico, y ahora también a nivel mental con la secreción de serotonina y dopamina. A mayor regularidad y constancia, mayor estímulo de la zona prefrontal, mejor preparación de la búsqueda de la siguiente actividad motivadora, mayor nivel de serotonina y dopamina, mejor estado de ánimo, descanso más placentero. Sólo hay que encontrar la actividad deportiva que mejor se adecúe a nuestras necesidades y objetivos.

Del deporte se puede salir, pero si lo pruebas, no lo podrás dejar.

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