El estadio Vicente Calderón de Madrid mostró el mejor colorido para albergar el último partido oficial de su historia. Los aficionados del Barcelona y del Alavés generaron un gran ambiente en los prolegómenos del encuentro con miles de banderas con los colores de los dos equipos participantes que ondearon antes del pitido inicial, si bien había muchos asientos libres en la tribuna principal.

Quince minutos antes del encuentro varios niños desplegaron las dos camisetas oficiales de los contendientes en la final copera que ocuparon una gran extensión del terreno de juego, la blaugrana del Barcelona y la albiazul del conjunto vitoriano.

Los seguidores alavesistas, que poblaron las gradas 30 minutos antes del encuentro, completaron la animación con un gran tifo que mostraba un boxeador ataviado con los calzones del Alavés por delante de uno de las primeras formaciones del equipo vitoriano, junto a la muralla de la capital vasca. Debajo, una pancarta rezaba Izan ginelako izango gara. Elkarrekin garaipenera (Por lo que fuimos y seremos. Juntos hasta el triunfo).

La afición catalana respondió con otra gran pancarta en la que se leía Tots units fem força (Todos unidos hacemos fuerza), aunque el cántico que se escuchó con más fuerza fue el "madridista el que no bote".

Mientras, los vascos se apoyaron en el sonido de los bombos para alentar a su equipo, los catalanes animaron a los suyos a rachas en un estadio que, sin embargo, no se llenó para ver la final copera.

Eso sí, nada cambió respecto a las últimas finales y en la del Vicente Calderón de este año volvió estar precedida por una enorme pitada al himno nacional, contemplada en directo por el Rey Felipe VI, que presidió el encuentro. Con los dos equipos y el trío arbitral ya en el campo en los prolegómenos del choque, la afición del Barcelona empezó a entonar cánticos de "independencia, independencia" justo antes que sonara el himno nacional por los altavoces. En cuanto comenzó -fue reproducido en su versión corta- se escuchó una pitada masiva, predominantemente desde de la zona sur del estadio donde se encontraban emplazados los aficionados del Barça, que volvieron a entonar cánticos pidiendo la independencia en cuanto acabó la música. Después se inició el partido y todos se olvidaron de que el nombre del título que disputaban sus equipos era el de la Copa del Rey. Todos querían ganar.