El remedio que todo lo cura se lleva los males por el momento. El triunfo regresó al Nuevo Mirador. Muy necesario por no decir obligado. Los murmullos se tornaron en aplausos gracias a dos goles. Esto es el Algeciras CF. Los albirrojos sacaron adelante ayer el partido ante el Guadalcacín con dos cabezazos a balón parado, uno providencial de Salas al filo del descanso y otro obra de Chico Díaz para plasmar la resurrección algecirista. La escuadra de José Antonio Asián sale de una zanja de cuatro jornadas sin ganar, recupera la segunda plaza y sigue a un solo punto del líder, el Cádiz B.
El Algeciras espantó a los fantasmas. Lo hizo de la única forma posible. Todo lo que no fuese una victoria se antojaba estéril para una grada exigente que a los cinco minutos ya inició el runrún. El primer tiempo no invitó al optimismo. Es cierto que los de casa salieron al ataque, con la idea de imponer el mando y acorralar a su rival, pero los albirrojos arrastraron un pesado lastre durante 45 minutos hasta que apareció Salas en la última acción antes del intermedio.
Nunca mejor dicho lo de gol psicológico. Los de Asián enarbolaron otra bandera en el segundo periodo. Se vio a un equipo arrojado, con acierto, con pase, con malicia y hasta con chispa. Ese cóctel provocó el segundo tanto, el de Chico Díaz, un futbolista que tendrá sus cosas pero es un auténtico bombardero por las alturas. La película cambió radical y el resto del encuentro no tuvo mucha más historia más allá de alguna ocasión de los jerezanos, muy dignos, sobre todo cuando se quedaron con diez al final por la expulsión de Juan Rosillo.
La puesta en escena del Algeciras fue valiente. José Antonio Asián dispuso un once abierto, con una presión alta, los laterales muy adelantados y el algecireño Javi Anaya como un corcho en el centro del campo, en el puesto donde suele moverse Ernesto, que ayer no se vistió.
El Club Deportivo Guadalcacín es un equipo modesto, que sabe a qué juega y que estuvo cerca de llevar a cabo su plan. Quién sabe lo que habría ocurrido si los jerezanos alcanzan el descanso con cero a cero. El Guada se plantó ordenado y dejó claro que si los algeciristas tonteaban atrás con el balón iban a estar al acecho. Canty protagonizó el primer disparo en el minuto 13 tras una pérdida y obligó a actuar a Romero. El Algeciras entró por banda en el 15' con un centro de Ayala que casi caza Albertito, quien tres después disparó blando tras otro servicio de Ayala.
El primer tiempo entró en una dinámica errática. El Guadalcacín falló en el 26' con un tiro de Canty y el Algeciras perdonó una ocasión clarísima en botas de un Albertito pasado de revoluciones en el 34' tras un pase al hueco de Ganet. La afición se desesperaba, el reloj corría y entonces llegó la última en el minuto añadido por el colegiado Cabrera de la Hoz, un debutante que estuvo muy correcto. Pablo Ganet sirvió al área y allí entró desde atrás como un tren de mercancías Salas. Cabezazo inapelable del central, que está sacando petróleo de sus minutos.
El gol lo cambió todo. Por lo pronto, los que estaban preparando la pitada se aguantaron. Los chicos de Asián volvieron de la caseta enchufadísimos. Ni un minuto tardó Pablo Ganet en poner a prueba a Lebrón con un zapatazo. El internacional con Guinea Ecuatorial, sin estar en su mejor versión, es decisivo para el Algeciras. De sus botas nació el centro en la falta lateral que cabeceó Chico Díaz en el minuto 52 para poner el 2-0. Otro testarazo de autoridad del hombre que rescató un punto en Los Barrios.
Los albirrojos comieron el terreno al Guada, que capeaba el temporal sin descomponerse. Los de casa pudieron abrir el camino hacia una goleada pero lo cierto es que tampoco estaban para tanto. Ayala lo intentó tras recorte en el 65' pero el algecireño sigue buscando esa marchita con la marca la diferencia. Quiere hacer mucho al mismo tiempo y así es imposible. Si un equipo estuvo más cerca de marcar fue el Guadalcacín, con un par de llegadas clarísimas, una de Juanan a bocajarro en el 67' y otra de Rosales en el 79'. Nada que achacar a un equipo que peleó incluso al quedarse con uno menos por la segunda amarilla de Rosillo.
Los locales se rehicieron tras la lesión de Berlanga, relevado por un Adrián Máiquez que aportó mucho en poco tiempo y que nunca alza la voz.
Los tres puntos subieron al casillero algecirista y ya son 29. El próximo domingo toca la visita al Ciudad de Lepe.
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