baloncesto 3 fase de clasificación de la liga eba

Triunfo opaco de la ULB

  • Los linenses logran una victoria valiosísima tras cuajar su peor partido en casa

  • Los albinegros levantan una desventaja de 13 puntos

  • El Andújar, de más a menos, malogra el último ataque

Está escrito que los equipos se hacen realmente grandes cuando empiezan a ganar partidos en los que juegan mal y en los que la justicia de su triunfo es, cuanto menos, cuestionable. De acuerdo a esa premisa -que para muchos alcanza la condición de axioma- el Oh!Tels-ULB comenzó ayer a despejar su futuro y a acelerar su rumbo hacia grandes objetivos. En un partido espeso y nada brillante, en el que el rival, Andújar, tuvo la bola ganadora, la escuadra de La Línea logró mantener su condición de invicta en casa y dio un paso adelante para lograr su clasificación para las semifinales de la Conferencia Sur de la Liga EBA.

Bien está lo que bien acaba. El Oh!Tels-ULB se vio ayer trece abajo mediado el segundo cuarto y acabó logrando un triunfo que vale su peso en oro, sobre todo porque el mejor jugador sobre el parquet, Edmon Koyamouba, disfrutó del último balón por dos veces y no fue capaz, a pesar de estar a una cuarta del aro, de anotar una canasta que hubiese supuesto la primera derrota en casa de los albinegros.

De por medio, por cierto, un arbitraje excelente del sevillano Iliziana y el onubense Garrido. No es justo acordarse de la pareja de turno sólo cuando sus integrantes yerran.

El equipo de La Línea jugó siempre excesivamente revolucionado. Como si tuviese siempre una prisa injustificada. Consciente de que el rival utiliza una rotación corta y de que los jiennenses acabarían pagando el sobre esfuerzo físico, pero tanta verticalidad acabó por volverse en su contra. Hasta el punto de que en el último cuarto tuvo en su mano varias veces el tiro de gracia para un rival correoso como pocos y por poco acaba dándoselo en el pie.

El primer cuarto fue un recital de Andújar. Defendió de libro y atacó con frescura, con ideas y con un libreto muy definido. Le bastó para irse 12-23 al primer intermedio en el que poco o nada se supo de Evan Maxwell, que más adelante maquillaría su actuación.

Los visitantes pagaron su ritmo vertiginoso en el segundo cuarto. Ya no tenían la mente tan despejada y el Oh!Tels mejoró, lo que tampoco era muy difícil, su nivel defensivo.

La conclusión es que el equipo de Vicente González ganó el parcial (18-14). Y llegó colocarse 30-33 a falta de un solo minuto, pero otra vez llegaron las prisas y los iliturgitanos consiguieron irse al vestuario siete arriba (30-37).

El regreso de la mejor versión de Miki Ortega a la pista y la defensa zonal devolvieron definitivamente al Oh!Tels-ULB a la pista. Tanto que a los tres minutos los de casa ya habían logrado su primera renta (40-39).

El partido entró en un emocionante intercambio de golpes y de ventajas en el luminoso. Los dos conjuntos dejaron ver sus vergüenzas y aunque las estadísticas tienen sus lagunas, reconocen 25 pérdidas de balón entre los dos conjuntos.

Una canasta de Joel Expósito -que no sólo estuvo brillante, sino que apareció en los momentos importantes- colocó al Oh!Tels ULB 62-61 a falta de 59 segundos.

Lo que sucedió después valdrá para que uno y otro técnicos revisen las imágenes un montón de veces en la próxima semana. Los de casa perdieron la ocasión de sentenciar a base de intentarlo en jugadas imposibles y los forasteros llegaron a disfrutar de un último balón que no fueron capaces de introducir dentro de la canasta cuando estaban a un palmo de la misma.

El bocinazo final provocó una explosión, cabría decir más de júbilo que de satisfacción, del conjunto de casa y con algunos de los visitantes negando con la cabeza y tirados sobre el suelo.

Al Oh!Tels ULB le sonrió esta vez la suerte del campeón. Ésa que sólo sonríe a los que van a llegar realmente lejos.

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