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Stoichkov esculpe un gol de genio

  • La Balompédica derrota al colista con el sanroqueño en modo estrella

  • El punta es objeto de un penalti que transforma Juampe y al filo del descanso anota un gol antológico que el público, entusiasmado, saluda con pañuelos

Stoichkov celebra su segundo gol, seguido de Juampe y Wilson Cuero.

Stoichkov celebra su segundo gol, seguido de Juampe y Wilson Cuero. / Erasmo Fenoy

Después de 43 minutos de fútbol en estado de hibernación y con la Balona ganando 1-0, Stoichkov robó el esférico casi en el semicírculo central, le hizo un sombrero al adversario que tuvo la osadía de salirle al paso y condujo unos pasos. Los justos para levantar la cabeza, poner en marcha en radar y percatarse de que Simón se había adelantado del marco. Y cuando el sanroqueño estaba a unos 30 metros paró el tiempo, golpeó con la precisión de un láser y colocó el esférico por encima del guaradavallas del Lorca, que quedó en el suelo herido en su orgullo y en su prestigio. Un gol hiperbólico, de esos que sólo están al alcance de los jugadores que están tocados por la invisible varita mágica del dios del fútbol y que igual por su idiosincrasia es imposible que se prodigen más en este tipo de actos. Un tanto de esos que justifican el precio del abono para toda una temporada y que si lo anota Messi acaba por salir hasta en los anuncios de Whiskas. Una diana que explica por qué el nuevo presidente balono se rascó el bolsillo para impedir que Stoichkov se marchase. Un gol que hizo aparecer los pañuelos en las gradas del Municipal después de no se sabe cuánto tiempo. Un tanto que hubiese convertido en anécdota todo lo demás que sucedió sobre el pasto de no ser porque la victoria que ayer arañó la Balona vale su peso en oro para seguir acercándose a la permanencia.

El fútbol regaló ayer, por fin, un día tranquilo a la afición de la Balona, tan dada a vivir de sobresalto en sobresalto. La Balompédica maduró el partido con el colista-trampa, acertó en sus dos primeras ocasiones (ambas fabricadas por Stoichkov) y luego supo administrar su renta. Esta vez ni el recurso de colocar dos delanteros del rival inquietó al elenco blanquinero, que además acarició el tercer tanto. Tres puntos más al zurrón que siguen alejando el caldero de la zona de descenso.

En la primera media hora apenas sucedió nada. Infinito centrocampismo, muchísima precipitación y entrega. En el 14' los lorquinos pidieron un penalti por una mano tras un disparo de Carrasco. La mano existió, pero era imposible que mereciera el máximo castigo. En el 22' Stoichkov empezó a sacar brillo a su rifle pero quiso resolver por la vía rápida y disparó alto.... y poco más.

Fue en el 27' cuando la Balona anduvo lista y puso el balón rápido en movimiento, Madrigal prolongó para Stoichkov y Simón, que tenía ventaja, dudó y acabó por arrollar al sanroqueño. El árbitro sacó la roja de su bolsillo, pero acabó mostrándole al cancerbero la cartulina adminitoria. Seguramente porque era lo más justo. Juampe tomó el esférico y golpeó de manera incontestable. Era su gol 51 con la Balompédica.

Con ventaja los locales se tranquilizaron y movieron el esférico con más criterio, pero el Lorca Deportiva no dejaba huecos. Hasta que llegó el 43' y el fútbol se paró para ver a Stoichkov hacer su tanto superlativo.

Tras el descanso el míster visitante colocó dos delanteros, conscientes de que con eso le ha hecho pupa más de una vez a la Balona este curso en La Línea. Pero esta vez no. Esta vez el equipo de Julio Cobos supo jugar con el reloj y no dio opciones a un enemigo que había dado un pasito adelante, pero que no encontraba la línea de flotación.

En el 62' Stoichkov se fue al suelo dentro del área. No era penalti. Pero tampoco merecía la amarilla que le mostró el colegiado, que además implica sanción.

No debería estar permitido que por una acción como ésa afuese sancionado un tipo en un partido ha hecho algo así como pintar la Capilla sixtina del balompié. La cartulina además obligó a cambiar al sanroqueño para evitar males mayores, a colocar a José Ramón de centrodelantero, a hacer debutar a Elías Pérez en un puesto que no es el suyo. Vaya, que fue una trastada innecesaria.

Corrría el 74' cuando llegó el único sobresalto para la parroquia local. Javi Montoya, Joe y Mario Gómez se hicieron un lío y dejaron el balón a Juan Arcas, pero su disparo se fue desviado.

Después llegó un lanzamiento al poste de Ismael Chico y una falta bien ejecutada por Madrigal. Y el pitido final. Tres puntos que permiten respirar a la Balona justo antes de un doble desplazamiento que se antoja exigente. Tres puntos en el día en el que Stoichkov metió un gol inolvidable.

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