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Jesús Chagoyen, el capitán sí tiene quien le escriba

  • El pívot jerezano, con 133 partidos con el Villa a sus espaldas, atraviesa su mejor momento y lo demuestra convirtiéndose en el héroe de la histórica victoria en Illumbe

Ciento treinta y tres partidos oficiales con la misma camisola. Dispuesto siempre para todo y a todo. El pasado viernes se echó a su equipo a la espalda y colaboró de forma determinante al histórico triunfo del Villa de Los Barrios en Donostia sobre el recién descendido Bruesa. Nadie tiene la certeza de que Jesús Chagoyen haya encontrado, a sus treinta años, la fórmula del elixir de la eterna juventud. O si, como los buenos vinos, mejora con el paso del tiempo. Pero lo cierto es que en los dos últimos meses está ofreciendo un rendimiento inmejorable. Posiblemente, el mejor en su dilatada carrera profesional. Los galones y su recién estrenada paternidad le ayudan a ser cada vez un jugador más sólido, más estable. A cometer menos esas locuras que antes aparecían como lunares en su contra. Y su equipo se lo está agradeciendo.

"No puedo dejar de reconocer que me están saliendo bien las cosas", admite, sin poder ocultar cierta timidez, el pívot jerezano. "Hay partidos que salen mejor y otros, no tanto. No hay que darle más vueltas".

Chagoyen disfrutó de muchos minutos en el arranque de la competición, cuando las limitaciones físicas de Yemi Nicholson aceleraban las rotaciones de los jugadores interiores por parte de Moncho Fernández. Ahora, posiblemente mejor dosificado, está ofreciendo sus momentos de más calidad. "Seguramente es que está definido mejor mi rol, pero ya digo, no hay que darle más vueltas y limitarse a seguir trabajando", afirma.

"Yo siempre salgo a la cancha dispuesto a aportar lo máximo posible al equipo y mi intención es seguir haciéndolo en cada jornada como en los últimos días, pero también sé que no va a ser fácil, no siempre salen las cosas como a uno le gustaría", recalca.

El pívot gualdiverde admite que estrenarse como padre ha supuesto un paso importante que tiene una relación directa en su conducta como baloncestista. "Me imagino que eso le sucederá a todo el mundo. La estabilidad personal se proyecta en lo profesional. Cuando mejor estás en tu casa, cuando más feliz te sientes, más sosegado eres en el resto de tus actividades. Por supuesto que influye".

La otra diferencia con respecto a campañas anteriores, el plus de responsabilidad que supone ostentar la capitanía. "Eso lo llevo muy bien. Es que es muy fácil, porque este grupo humano es la hostia. Ha sido clave que siempre hemos estado todos muy unidos, incluso cuando las cosas no iban tan bien".

"La verdad es que ni yo mismo pensé cuando perdimos los cuatro primeros partidos que le íbamos a dar tan pronto la vuelta a la tortilla", admite Chagoyen. "Hay que reconocer que aquello tenía mala pinta".

"El verdadero problema es que no habíamos podido trabajar en pretemporada porque no dejaban de pasar cosas y como equipo estábamos muy verdes, así que no se reflejaba en la pista, y menos aún en los resultados, el esfuerzo que estábamos haciendo cada día", recuerda.

"En contra de lo que se puede pensar no ha cambiado nada desde entonces", subraya. "La diferencia es que con el paso del tiempo somos más equipo, estamos más conjuntados, los nuevos saben lo que espera el entrenador de ellos y eso se ve en la pista".

Sin embargo, Jesús Chagoyen advierte: "Aquí somos muy dados a, después de un gran triunfo, lanzar las campanas al vuelo y eso sería una gran equivocación. No sería bueno que empezásemos a hablar de play-off. Lo que hay que hacer es centrarse en salir el viernes a partirnos el pecho con el Cai. Y después ir poco a poco. Partido a partido".

"Tenemos que ser muy comedidos y no sacar pecho porque nos lo pueden romper", insiste.

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