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Empate sin brillantez

El Sevilla y el Espanyol empataron (1-1) en el Sánchez Pizjuán en su estreno liguero, en un partido que adoleció de brillantez en el juego y de más profundidad, y en el que los dos equipos notaron la falta de ritmo propia de estas fechas.

El Espanyol salió mejor situado y con las ideas más claras, lo que demostró en un doble remate a los dos minutos de Baptistao, su delantero más rápido y avispado, pero David Soria salvó de milagro el gol por dos veces y acabó lesionado en una mano y sustituido.

Los hispalenses, muy desorientados hasta el ecuador del primer acto y que parecieron notar las muchas rotaciones hechas por su técnico, se vieron superados por el cuadro catalán, que neutralizó a un discreto Sevilla y salió veloz al ataque. Así, rozó el gol en un tiro cruzado de Gerard Moreno a los 12 minutos y luego en un cabezazo de Baptistao que despejaron con apuros Rico y Kjaer.

Con Navas como principal guía desde la derecha, los andaluces espabilaron y, tras un gran centro del palaciego que remató Nolito y rechazó bien Pau López, lograron variar el guión en el minuto 26 al hacer el 1-0 Lenglet en un lance protestado por los pericos, al considerar que la pelota no rebasó la línea de gol. Sin embargo, el árbitro, auxiliado por su asistente, concedió el gol al entender que el balón, tras un córner cerradísimo sacado al primer palo por Nolito, traspasó por completo la línea desviado por el central galo después de tocar también en el brazo del meta catalán.

Los sevillistas, a los que les costó un mundo crear superioridad, pudieron ampliar su renta sobre la media hora, pero Muriel no atinó en dos remates ante Pau López.

Los hombres de Berizzo nunca estuvieron cómodos ante la presión del Espanyol, que no perdonó en su cuarta ocasión de gol al empatar Baptistao tras una rápida jugada que culminó con un tirazo, desde dentro del área, para lograr el 1-1 a diez minutos del descanso.

En la reanudación, Gerard Moreno lo intentó con un cabezazo flojo que paró Rico. Los catalanes, bien colocados, buscaban salir a la contra y siguieron controlando más el juego, hasta que a los diez minutos salió al campo Éver Banega y el Sevilla empezó a carburar.

Con el argentino en la dirección del juego, asociándose con Ganso, Nolito y, sobre todo, con un Jesús Navas magistral y muy vertical y veloz en sus acciones, los sevillistas se hicieron con el mando del choque ante un Espanyol que nunca renunció a llevarse el triunfo, pero ahora más conservador y replegado.

Los de Berizzo dispusieron de varias ocasiones claras y estuvieron a punto de romper la igualada, en un tiro flojo de Ganso, un centro de Navas que no halló rematador, otro centrochut del sevillano que despejó Pau López y, sobre todo, en la posterior acción en la que el balón le llegó a Muriel, tras un genial pase de Nolito, pero lo estrelló en el poste.

Así, el partido acabó 1-1 y con el Sevilla con un jugador menos, por la expulsión con roja de Banega a seis minutos del final.

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