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Dudas sobre el celo en la lucha contra el dopaje

  • La ausencia de positivos en la carrera ha llevado a algunos a cuestionar la eficacia de los controles

Ningún positivo en la primera semana del Tour de Francia es un hito de los últimos años, en los que la caza de los tramposos se había convertido en parte integrante de la carrera, por lo que comienzan a surgir dudas sobre el celo en la búsqueda de sustancias prohibidas.

Todos los controles efectuados hasta el momento han sido negativos, según confirmaron fuentes de la lucha antidopaje, lo que ha llevado a algunos a dudar de la eficacia de los controles.

El presidente de la Agencia Francesa de Lucha contra el Dopaje (AFLD), Pierre Bordry, fue el primero en lanzar la voz de alarma al acusar a la UCI de "cierta complacencia con los deportistas".

Bordry no quiso dar más detalles pero su entorno reveló algo más que una casual amistad entre los inspectores de la UCI y el equipo Astana, gran dominador del Tour.

La formación en la que conviven Contador y Armstrong está siendo la más visitada por los "vampiros", pero según fuentes de la AFLD esa vigilancia está lejos de ser un modelo de control antidopaje por sorpresa. En concreto, la agencia gala ha aireado un caso significativo, un control presuntamente por sorpresa el pasado sábado a un ciclista de Astana -no revelan su nombre- que se hizo contraviniendo las normas impuestas por la propia UCI.

Al parecer, el médico de la UCI se acercó al hotel del equipo kazako en Andorra sin la preceptiva compañía del escolta-vigilante, como indican las normas. Una vez allí, y tras prevenir de su presencia, tomó un café con representantes del Astana, por lo que el control no se hizo hasta 50 minutos más tarde de la llegada del médico. Toda una eternidad en este tipo de controles.

El protocolo exige que desde el aviso hasta que se recogen las muestras no pasen más de diez minutos y que, en ese tiempo, el ciclista esté acompañado de un vigilante para evitar que consuma productos que oculten el consumo de dopantes.

El presidente de la AFLD ha pedido una reunión urgente con el de la UCI, Pat Mcquaid, para aclarar todos estos puntos. Mcquaid no ha tardado en mostrar su disgusto: "No tolero que digan que tratamos a un equipo de forma diferente".

El patrón de la UCI pidió un informe sobre lo que sucedió el sábado pasado en el hotel de Astana en Andorra y señaló que las conclusiones son satisfactorias: "Se respetó el procedimiento. Los inspectores iban a controlar a dos equipos, primero se hizo uno y luego con el otro. Por eso se tardó algo más".

A Mcquaid no le extraña que todavía no haya aparecido ningún positivo y afirma que el pasaporte biológico es la clave, porque "ha disuadido a los ciclistas de la tentación del dopaje". "Conocen el riesgo que corren si se dopan", asegura Mcquaid.

El presidente de la UCI rechaza que se haya bajado el pistón en la lucha contra el dopaje. Antes del Tour, la UCI llegó a un acuerdo con al AFLD para retomar la lucha contra el dopaje en la ronda gala, después de que el año pasado estuviera ausente por desavenencias con los organizadores.

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