El Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol dejó sin castigo los incidentes que el árbitro Mohamed Massat y sus asistentes vivieron el pasado sábado en el Álvarez Claro de Melilla, donde la Balompédica arrancó una valiosa victoria. El colegiado de Ciudad Real reflejó en el acta la invasión de campo de un espectador durante el partido, la rotura de la cerradura del vestuario arbitral al término del encuentro e insultos por parte de varios aficionados cuando el trío abandonó el estadio para tomar un taxi, sin embargo el Juez de Competición resolvió "no adoptar medidas disciplinarias" respecto a los hechos reflejados.

Massat reflejó en el acta insultos del calibre de "hijos de puta", en referencia al trío arbitral, y "ojalá amanecieras con una trombosis", en repetidas ocasiones, "sin presencia de la seguridad privada ni fuerzas del orden, sólo acompañados por el delegado de campo", relató.

El encuentro entre azulinos y albinegros se desarrolló en un ambiente tenso y hostil para el trío arbitral castellano-manchego debido a unas decisiones que fueron protestadas en su mayoría por los locales. El único castigo derivado es el que recae sobre la fisioterapetua melillense Sara Benzaquen Chocrón, suspendida durante dos partidos "por infracción del artículo 117 del Código Disciplinario" con una multa de 90 euros. La fisio local se dirigió a los trencillas en el túnel de los vestuarios en repetidas ocasiones y en voz alta en los siguientes términos: "vaya tela".

La Balompédica, por su parte, no arrastra sancionados para el compromiso del domingo con el Granada B en el Municipal, una cita que el club quiere convertir en la fiesta de la permanencia con su afición, para la que ha puesto precios especiales.