ajedrez

Carlsen volvió a ser Magnus

  • El noruego sacó a relucir su mejor versión en el desempate con Karjakin

Carlsen celebra el triunfo mostrando el trofeo de campeón.

Carlsen celebra el triunfo mostrando el trofeo de campeón. / JUSTIN LANE / efe

Un brillante sacrificio de dama ante un desesperado Sergey Karjakin en la cuarta y última partida del primer desempate del encuentro por la corona mundial de ajedrez devolvió a Magnus Carlsen la etiqueta de Grande que lleva grabada en su nombre.

El campeón noruego cerró la contienda en Nueva York con un remate espectacular, poniendo fin a un duelo seguido por 10 millones de usuarios por Internet, según la FIDE, disputado en el Fulton Market de South Street Seaport y que repartió un millón de euros: el aspirante derrotado se llevó 450.000 y al campeón le correspondían 550.000, pero tendrá que dejarse el 10% por negarse a comparecer en la rueda de prensa tras su derrota en la octava partida.

Dos victorias en las dos últimos juegos del desempate (a 25 minutos por jugador) reconciliaron a Carlsen con sus partidarios, que se habían sentido un tanto decepcionados en las doce partidas de ritmo clásico (dos horas para los primeros 40 movimientos por jugador) que concluyeron con empate a seis puntos.

El Mozart del ajedrez parecía haber perdido su profundidad de análisis y parte de sus dotes combinativas en la primera fase, en la que estuvo al borde del precipicio. Se vio abajo en el marcador (4,5-3,5), aunque le asistió la suerte del campeón cuando Karjakin omitió por dos veces una combinación de tablas forzadas que le habría dejado un punto arriba a falta de sólo dos juegos y terminó perdiendo la partida.

En el desempate, el día de su 26 cumpleaños, volvió el Carlsen brillante y arrollador de siempre. No dejó la menor opción a su adversario, quien sobrevivió angustiosamente en las dos primeras partidas, pero sucumbió en las dos siguientes.

Nacido en Tonsberg, a las afueras de Oslo, fue su padre Henrik, un ingeniero apasionado del ajedrez, quien le enseñó a jugar a los cinco años. Pero de niño no mostró especial interés o actitud para el ajedrez hasta un par de años después; cuando vio a su padre jugar con su hermana mayor, Ellen, se despertó su animal competitivo y empezó a volcarse en el juego y a estudiarlo por su cuenta.

Su evolución fue meteórica y en 2004 se estableció en la élite mundial: con 13 años y 4 meses se convirtió en el segundo Gran Maestro más joven de la historia. Un mes antes, en un torneo de partidas rápidas en Reikiavik, fue capaz de derrotar a Karpov y empatar con Kasparov en una partida en la que minutos antes se lo vio leyendo un cómic del Pato Donald.

Su trayectoria ha estado marcada por la excelencia: con 15 años era uno de los cien mejores del mundo; con 17 entraba en el top 10 y desde enero de 2010 ha sido el número uno salvo en un par de cortos intervalos. Tras batir a principios de 2013 el récord de puntuación ELO de Kasparov con 2.849 unidades, Carlsen derrotó meses después en el torneo de candidatos de Londres al ruso Vladimir Kramnik, ex campeón mundial y su ídolo, en un final agónico que lo dejó exhausto al tener problemas con el reloj.

Cuando no está jugando o entrenando frente al tablero, le gusta disfrutar de su familia y de sus amigos o practicar una de sus pasiones favoritas, el fútbol, jugando de lateral izquierdo en el Fremad Famagusta, un equipo de la Sexta División noruega.

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