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La Balona regala una sonrisa a La Línea

  • In extremis Los albinegros encuentran premio a su esfuerzo y su fe en el 87' con un tanto de Juampe Rico, el 3.500 en categoría nacional, que se traduce en la victoria mil Histórico Los linenses festejarán su primer siglo de vida en plaza de 'liguilla' después de superar a un rival descarado en un partido con alternativas

La Balompédica prolonga, al menos hasta la Navidad, el dulce sueño de la familia albinegra. Un zurdazo de Juampe Rico cuando el partido con el Écija agonizaba se transformó en el tanto 3.500 del equipo de La Línea y a su vez en la victoria mil en categoría nacional. Todo eso, secundario, por mucho que quede para los anales de la historia. Como tampoco es axial, a pesar de que sí cuenta, que el triunfo permita a los linenses auparse de nuevo a la cuarta plaza y disfrutar de la condición de equipo de liguilla el próximo cuatro de enero, el día en el que celebra su primer siglo de vida. Lo trascendente, lo que realmente llega a la fibra sensible, es que en una ciudad que rezuma tristeza, que está ahogada por la falta de dinero hasta decir basta, tuvo, por fin, un motivo para esbozar una sonrisa. Y lo hizo gracias a su Balona. Que por mucho que le duela a los que, desgraciadamente para ellos, no pueden entenderlo, es el santo y seña de esta ciudad. Siempre un motivo de orgullo.

Vaya por delante que, acostumbrados a soportar las miserables propuestas tácticas de la mayor parte de los equipos de esta categoría cuando actúan como visitantes, de no ser porque el rival era la Balona daría hasta penita ver marcharse cabizbajo al Écija del Municipal.

Los ecijanos, como había prometido su técnico, no vinieron a encerrarse. Propusieron casi un intercambio de golpes. Pero en la ruleta rusa en la que se convirtió por momentos este duelo ganó el equipo que tuvo más fe, el que creyó en el éxito hasta la agonía. Podrán utilizarse miles de argumentos futbolísticos con mucho más contenido, pero la realidad es que la Balompédica rompió ayer con cuatro jornadas sin ganar precisamente porque sabía que su entorno necesitaba una victoria. Esa sensación de binomio que sólo puede existir en un equipo hecho por los de aquí para los de aquí. Ganó gracias a los intangibles que dicen los cursis. Otros prefieren escribirlo con c y entonces resulta mucho más fácil entenderlo.

Al equipo de casa se le atragantó el primer periodo. No era solvente en el centro del campo, porque Ezequiel no ejercía como una semana antes en Lucena, y el partido era un ir y venir hasta entretenido, pero de alto riesgo para las aspiraciones de unos y otros. Sobre todo de los visitantes.

Las ocasiones se sucedían en las dos porterías. A dos intentonas de Juampe Rico siguió un córner peinado por el inquietísimo Ortiz que se pasó por el área de Pagola. Lástima que este futbolista no acabase el pasado verano matrimoniándose con la Balompédica, con la que tuvo algo más que coqueteos.

La réplica no tardó. David Hernández dio acuse de recibo a una frivolidad de un, esta vez sí, voluntarioso Copi y su disparo lo vomitó el larguero después de rozar en Ramón, colosal, excepto en la jugada del gol.

Ezequiel y Copi tuvieron las dos últimas, pero otra vez se interpuso el guardarredes forastero.

Después del descanso la Balona fue a más. En un duelo que ya era intensísimo le metió más madera para abordar el triunfo por las buenas o por las malas. Como sólo puede hacerlo un equipo que quiere ganar a toda costa. El rival, empero, esperaba agazapado para dar un susto.

En el 60' David Hernández, que anda disgustadillo con el gol, cabeceó fuera en inmejorables posición y por entonces saltó al campo el exalgecirista Juan Pablo, que nada más entrar malogró dos ocasiones de esas que llevan a un futbolista a volver a casa sin atreverse a mirar a los compañeros a la cara. La primera, en un cabezazo. En la segunda estaba absolutamente solo delante del marco albinegro, pero, de forma casi circense, tropezó consigo mismo.

El Écija no se resistía a su suerte y con Alberto Merino -que definitivamente posee el elixir de la eterna juventud y se lo tiene muy calladito- reubicado esta vez como central, Ortiz tuvo en su mano el disparo de gracia (77'). Encaró a su buen amigo Pagola, que se sostuvo para tapar el marco… y rechazar el esférico.

La sabia grada del Municipal supo que había llegado el momento. Premió a su portero, otrora denostado, y llevó en volandas a los suyos, como reza el pasodoble de Juan Kundomal.

En el 79' un centro de Juampe Rico no lo cabeceó Joao Moreira no se sabe muy bien por qué. Así que el tarifeño no le quedó otra y decidió resolver por sí solo. A tres del final aprovechó una apertura de Ocaña, que había refrigerado las ideas de sus compañeros al saltar al campo, para adelantarse unos metros y soltar un zapatazo que Ramón no supo descifrar y acabó engullendo.

El gol fue un mazazo para los sevillanos, que quedaron conmocionados, como si quisieran abstraerse de la realidad. Negando con la cabeza, inertes. Como preguntándose qué tendrán que hacer para ganar de una puñetera vez fuera de casa.

Los de casa, enardecidos, festejaban el triunfo, dentro y fuera del terreno de juego, como sólo se celebran las grandes ocasiones. Algo realmente emotivo. Como si la cuarta plaza fuese ya para siempre.

Menos mal que a La Línea le queda esta Balona a la que agarrarse para poder sonreír.

Árbitro: Abraham Domínguez Cervantes, de Málaga. Excesivamente quisquilloso, pero sin errores de bulto (H).

Tarjetas: Amarillas a los locales Romerito (28'), Javi Gallardo (38'), Ocaña (68') y Copi (92'), cuando ya estaba en el banquillo. Por los visitantes vieron la admonición Nando (26'), Segovia (31'), Migue (73'), Fali (90') y Juan Pablo (91'). Expulsó del banquillo al masajista local Pepe García (69').

Gol 1-0 (87') Juampe Rico sorprende a Ramón con un potente zurdazo desde la frontal del área.

Incidencias: Encuentro de la decimo octava jornada de Liga en el grupo IV de Segunda división B, disputado en el Municipal de La Línea, en tarde muy fría, ante unos 2.000 espectadores. Antes del comienzo se guardó un minuto de silencio en memoria del exdirectivo local Andrés Losada y del responsable del Comité Andaluz de Árbitros, José María Fernández Quirós.

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