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El Algeciras pide paso

  • Los albirrojos doblegan a un Córdoba B inferior y llegan al Clásico en su mejor momento Un letal Melchor marca el camino hacia un triunfo que deja al equipo en una posición tranquila

El Algeciras Club de Fútbol sigue afilando su juego, equilibrándose, y con su triunfo de ayer confirma que está en su mejor momento. Lo dicen los números, la racha, pero no solamente ellos, también la seguridad que transmite. Cada batalla que disputa corrobora lo que estaba dejando ver desde un principio, que es un equipo altamente competitivo, pero a eso le sigue adjuntando propiedades que lo hacen más sólido y ya está plantado en una zona cómoda. Y pide paso.

Por primera vez, el público del Nuevo Mirador se sentó ayer con cierta confianza, con tranquilidad incluso, en que sus hombres eran superiores al rival y estos les dieron la razón. Los de rojo y blanco fueron mejores que el Córdoba B, un equipo más competitivo y competente de lo que dice la clasificación, y sólo la excesiva sangre caliente de los de Manolo Sanlúcar llevó la incertidumbre y el sufrimiento, ese condimento que da mejor sabor a los triunfos, en la recta final.

Los albirrojos, cada vez más, saben a lo que juegan. A su entrega y fortaleza en medio campo y la defensa han conseguido ensamblar un ataque de velocidad vertiginosa representada sobre todo por las alas: Melchor, ayer desbordante en todos los sentidos, el mejor de medio hacia delante, y Carlitos Andújar, que ya empieza a dejar ver de lo que es capaz, aunque debe dejar de obsesionarse con marcar. Y atrás, a pesar de las ausencias de Carlos Fernández y Máiquez, que se notaron, volvieron a mostrarse seguros esta vez con Borja y Berlanga -mejor cuando es medicentro-. Encajaron los locales un tanto que si entró fue por muy poco y rompió esa racha de cuatro partidos sin recibir pero mantiene invencible los muros del Nuevo Mirador, cada vez más altos y cada vez más resistentes a la fuga de puntos.

Y así, en su mejor momento, llega el Algeciras al Clásico del Campo de Gibraltar, que de muchas maneras ya está en juego. Los albirrojos están a nueve del descenso, a cinco del cuarto y a sólo dos de la Balona, el próximo y eterno rival. Un duelo diferente, mucho más que tres puntos.

Antes, la partida de ayer que era de doble filo. Llegaba el colista pero lo hacía con síntomas de mejoría y la semana había sido, entre una cosa y otra, distraída para los algecireños. No se notó en el rectángulo de juego y pronto se enchufaron los de Sanlúcar, que volvió a plantear un partido desde la seriedad defensiva, con un centro del campo con Parada y Mario que ganaron la parcela central. Tampoco tenía mucho más por las bajas. El Córdoba B llegó con la mente puesta en dejar ver su peligro pronto y Adri Cuevas, Juan Guerra y Mendi dieron trabajo.

El problema del filial estuvo en su centro, incapaz de dominar al de los albirrojos que llegaban a la zona de influencia de ataque con soltura. Carlitos Andújar e Iván -de más a menos- estuvieron a punto de hacer el primero en cuanto se asentó el partido. Melchor, explosivo, culminó con un perfecto tiro cruzado una buena jugada para adelantar al Algeciras. Quince minutos y 1-0.

El gol animó a los locales que empezaron a dominar aunque les faltó enfriar la cabeza en las decisiones importantes. Esa revolución que hace del Algeciras tan difícil rival, a veces, le ciega. Eso que dicen de la potencia sin control. Melchor y Víctor González, los mejores dentro de un buen partido en general, rozaron el segundo. El Córdoba B estaba a punto de sentencia se fue al descanso con la vida perdonada.

Y claro, el filial cordobesista es un equipo joven, físicamente fuerte, salpicado con talento y con ganas de salir de abajo. Salió del descanso intentando sorprender rápidamente al Algeciras, que no se dejó. Con varios avisos en la meta de Sillero calmaron las aguas los locales. Mendi, muy activo y con ganas, remató un balón que Víctor González salvó en la misma línea de gol.

El partido estuvo demasiado abierto. El Algeciras, más cansado, necesitaba templar la situación pero cualquiera aguantaba el tres cuartos del ataque algecirista, por ejemplo, a un desbocado Melchor, que se iba en todas las manos. Pedro, que volvió a la titularidad y tuvo voluntad, acusó la falta de ritmo de partido. Carlitos, en una de sus muchas internadas, puso un centro al segundo palo y la pelota chocó en las manos de Cristian cuando Melchor estaba para rematar. Penalti. Alfaro, recién entrado, acertó con frialdad. 2-0.

Con el partido de cara aunque demasiado abierto para gusto del que iba ganando, Mendi, el mejor de los suyos, marcó de cabeza. Tanto muy protestado por los locales que decían que no había entrado.

El Algeciras sumó ayer tres puntos más y van veinte. Se puede decir que la mitad del camino recorrido.

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