Adrián Máiquez ha marcado con el Algeciras goles bonitos, goles de ímpetu, goles de saber estar en el sitio. También ha firmado tantos importantes, como el que dio medio ascenso en Segovia hace apenas un par de temporadas. Pero ninguno de ellos tiene la carga moral del gol que dio la victoria el pasado domingo ante el Coria. El defensa algecireño remató con todo el algecirismo a sus espaldas un balón que lo cambia todo.

"Después del partido nos abrazamos todos, nos quitamos un peso de encima", reconoce Adrián, cuyo tanto al cuarto de hora desatascó un partido que a la postre acabó con muchísimo sufrimiento para los albirrojos. Este abrazo simboliza el fin a un bache de siete jornadas sin una sola victoria. El fin a una crisis.

"Es verdad que hubo partidos en los que no estuvimos bien, pero en alguno de los siete que no ganamos sí merecimos bastante más", asegura el algecireño, que prefiere pasar página y pensar ya en lo que viene por delante. "Ya lo conseguimos, cambiaron las tornas y ahora sólo pensamos en volver a coger una racha buena. Esto es muy largo y seguimos en la tercera plaza, cerca de los dos primeros", subraya.

El lateral diestro, de vuelta a su puesto natural en los dos últimos duelos, rubricó ante el Coria su cuarto gol del curso, una marca que nunca había alcanzado desde que dio el salto a las categorías seniors con aquel recordado filial algecirista que dirigía Manolo Pérez Jiménez con Isaac, Mario, Javi Chico, Copi...

Cuando Adrián Máiquez ha marcado esta Liga el Algeciras CF ha sumado tres victorias y una igualada. Lo hizo ante el Alcalá (4-0), ante la Lebrijana (2-1), ante el Recreativo B (3-3) y ante el Coria (1-0), siempre en el estadio de La Menacha, donde tiene la medida cogida y donde, por lo general, puede aventurarse más al ataque.

Sólo el pichichi David Camps y Tano, dos atacantes, suman más goles en el Algeciras que Máiquez, que iguala en su registro con Jesús Ayala. Él se lo toma con humor, consciente de que su rol va más allá como veterano de la plantilla, aunque también sabe que con Guti tiene más posibilidades de jugar más adelantado en el campo.

Adrián, como el resto, tiene días mejores y días peores, pero lo que ningún aficionado puede cuestionar es su compromiso y constancia. Para Guti es un fijo y en lo que va de curso sólo se ha perdido un partido y fue obligado por sanción. Si alguna tarde tiene que ser el sacrificado con algún cambio, él se marcha sin rechistar, sin un mal gesto ni reproche. Siempre dando ejemplo.

El gol ante el Coria, como siempre que marca, fue para su mujer y su niña, pero esta vez también para todos los sufridores de la grada.