educación

Las residencias, el hogar de todos

  • La Junta de Andalucía tiene en la comarca tres instalaciones de este tipo, donde conviven alumnos de educación post obligatoria y escolares con dificultades sociales y económicas

Un hogar para todos. Una familia para cuando ésta no está. Así se resume la vida en las residencias escolares, un recurso que la Consejería de Educación pone a disposición de alumnos que por su situación socioeconómica, por pertenecer a núcleos de población rural diseminados o cualquier otra circuntancia familiar, tienen difícil continuar sus estudios. Pero el modelo de residencias escolares (antes denominada escuela-hogar) ha variado mucho desde que se pusieron en marcha. De su evolución y de los restos que deben afrontar en el futuro se ha hablado durante dos días en las Jornadas Regionales de Residencias Escolares organizadas por el Centro de Profesorado Algeciras-La Línea, celebradas en el Hotel Guadacorte de Los Barrios.

Más de un centenar de profesionales pertenecientes a los 36 centros educativos de este tipo que existen en Andalucía han puesto en común la gestión actual, que difiere según el tipo de residencia. En el Campo de Gibraltar existen tres de ellas ubicadas en San Roque, Tarifa y Los Barrios con un total de 220 plazas. Las tres conviven con modelos distintos. La residencia barreña, que nació para acoger y educar a los niños que procedían del campo y vivían en núcleos dispersos, es ahora un centro en el que comparten día a día niños asignados por los servicios sociales de la Junta de Andalucía y alumnos que están cursando estudios post obligatorios (Bachilleratos o ciclos formativos). En Tarifa, el 95% de los niños que allí residen proceden de situaciones muy desfavorecidas y en la de San Roque, que nació como residencia para alumnos que quieren cursar estudios más allá de la Secundaria, el régimen es similar al de una residencia de estudiantes o colegio mayor. En este caso, todas las plazas están asignadas a jóvenes procedentes de distintos municipios gaditanos y otras provincias andaluzas que cursan en la comarca el Bachillerato de Artes, ciclos formativos o van a la Escuela de Hostelería.

El acceso a este tipo de recursos es similar al que rige la posibilidad de disfrutar de otras instalaciones o servicios de la red pública andaluza. La distancia del domicilio al centro donde quiere formarse, la situación económica o el expediente académico son algunos de los baremos que se analizan para otorgar las plazas destinadas a quienes quieren continuar su formación fuera de su domicilio habitual. El caso más claro es San Roque, donde el alumnado convive bajo un estricto régimen horario y de salidas que, en el caso de los menores de 18, deben estar autorizadas por los padres. "Para muchos padres es una opción muy buena, porque no solo les facilita poder estudiar lo que quieren, sino que cuentan con personas que están pendientes de sus hijos en todo momento", explica una de las responsables de la residencia.

La existencia de un alumnado variado, sobre todo en las instalaciones mixtas o aquellas que acogen a niños enviados por Asuntos Sociales requiere de nuevas herramientas (planes de igualdad, educación emocional, mediación, resolución de conflictos o primeros auxilios) que han sido analizados estos días.

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