Carlos Fenoypresidente de la cámara de comercio del campo de gibraltare

"Somos la parte débil del Estrecho, nuestro entorno facilita más la inversión"

Ecarlos Fenoy agota su quinto mandato (prorrogado) al frente de la Cámara de Comercio con muchos retos por delante. Hacer frente a la futura ley de cámaras, gestionar los ingentes fondos europeos que deben llegar en el nuevo marco comunitario y afrontar el temido Brexit con el menor daño posible a las pymes de la comarca, su público principal. Pero también seguir presionando como hasta ahora (y ya van décadas) para que se ejecute la necesaria mejora de la línea Algeciras-Bobadilla.

-Los técnicos encargados de controlar el desarrollo de los corredores europeos de transporte alertan del retraso de la línea Algeciras-Bobadilla.

-Es un tema que nos preocupa, lo tratamos hace poco con los representantes de PP, PSOE y C's. A los portavoces de Fomento les hicimos llegar otra vez la necesidad de dotar la cuantía suficiente para que para 2020 se lleve a cabo la modernización de la Algeciras-Bobadilla. A ver qué sale de estos presupuestos, también si se resuelven los problemas de retraso por las empresas adjudicatarias de los tramos, pero sobre todo si se dota de más cantidad. Hay que recordar que se trata de un reglamento financiero que es de obligado cumplimiento; es decir, cuando llegue el final del proceso, que puede que no sea 2020 sino 2023, el que no haya cumplido su compromiso de hacer esas mejoras en infraestructuras pues tendrá sanciones y tendrá que responder de ellas.

-De esa reunión, ¿se llevo la sensación de que habría una partida suficiente en los presupuestos?

-Sobre la partida presupuestaria no pude extraer conclusión alguna. Sí me quedó claro que había cierto grado de desconocimiento en cuanto a la importancia de esta mejora. Les expuse un dato relevante, las unidades de transporte que se mueven en la comarca: entendidas como camión o contenedor, solo del puerto eran casi 1.000 diarias, si se suman las industrias entre 1.200 y 1.400. Si somos capaces de desviar al ferrocarril un 10% del tráfico, que es la mitad de las previsiones de la UE, serían 140 unidades de transporte por día, entre tres y cuatro ferrocarriles diarios desde Algeciras hacia Madrid. Capacidad hay, lo que hace falta es que haya buenos medios para que los precios sean competitivos respecto a la carretera.

-Más allá del desconocimiento del proyecto, ¿no ha habido falta de voluntad política?

-Está claro que los presupuestos reflejan la apuesta que hacen los partidos por las diferentes infraestructuras y llevamos muchos años con esa falta de sensibilidad presupuestaria. Nosotros no pedimos la Algeciras-Bobadilla solo para que el puerto meta más contenedores, sino para que el entorno empresarial, los centros logísticos en la línea, puedan aprovechar la ventaja competitiva de una conectividad marítima a través de un puerto de primer nivel mundial. No es una reivindicación local, sino un proyecto de estado. Si esto lo mirásemos no como un país sino como una empresa estoy seguro que ningún empresario dejaría de aprovechar la oportunidad de tener un puerto de estas características por no tenerlo bien conectado.

-¿Hay un agravio comparativo con otras zonas del país?

-No es que haya agravio comparativo, es que se comparan las dotaciones presupuestarias y salimos perdiendo por mucho. No sólo con Cataluña, sino que también hay que analizar otras obras. Hace mucho tiempo los grupos que hacemos seguimiento del proyecto acuñamos una frase: el contenedor no vota. Hemos visto como en determinados momentos partidas que estaban destinadas aquí se han ido a un AVE y lo que estamos intentando es hacer ver a los partidos la importancia de invertir en mejoras en el ferrocarril de mercancías. El caso de Algeciras-Madrid lo vieron claro en Bruselas, porque mejorando el tramo Algeciras-Bobadilla el resto está hecho, usa vías que están en desuso por la entrada en servicio de la alta velocidad. La vía convencional hasta Madrid está electrificada, tiene apartaderos, hay centros logísticos en estudio como Linares y otros ya tradicionales como Alcázar de San Juan.

-¿Se están preparando ya las empresas del Campo de Gibraltar para el Brexit?

-Antes de que se anunciase el referéndum ya trabajábamos con la Cámara de Gibraltar en aspectos que afectan fundamentalmente al mundo empresarial, para aprovechar las sinergias que pueda haber a uno y otro lado de la Verja. Cuando surgió el referéndum tuvimos que hacer un impasse. Y a partir de ese momento estamos trabajando en tres escenarios. Uno, que el resultado sea quedarnos igual que estamos ahora y que podamos ir puliendo algunos detalles que favorezcan esas relaciones empresariales. Otro, que esto pueda mejorar como consecuencia del Brexit. En ese sentido, se han anunciado cosas como la cosoberanía o un tratamiento fiscal especial en la comarca para tener equilibrio fiscal. O tres, que las cosas empeoren y trabajar en un escenario adverso en el que veremos qué podemos salvar de lo que actualmente existe y qué oportunidades de negocio puede haber.

-¿Es buena la relación actual entre las empresas de uno y otro lado de la Verja?

-Cuando las empresas contactan y hacen relaciones comerciales son buenas. Por una parte, el mercado español tiene unos clientes con un poder adquisitivo importante, y por otro el mercado gibraltareño está teniendo un proveedor cercano y que responde. Hay aspectos que hay que limar como el paso de mercancías por la aduana, los horarios de aduana, o determinados tipos de tráfico sujetos a una mayor inspección.

-Como Picardo destacó en su último discurso, Gibraltar está mirando ahora a China, EEUU, Marruecos. ¿Le está dando la espalda a las empresas españolas?

-Es entendible que ante una situación de menos fluidez de las relaciones comerciales uno sondee otro tipo de mercado. Es normal que hagan esas prospecciones porque un Brexit duro puede ser muy negativo para la economía del Peñón y del Campo de Gibraltar. Vamos a seguir insistiendo al Gobierno de España con la propuesta de tratamiento fiscal para la comarca, que es algo que está ya en las memorias de esta casa de los años 20. Es una petición histórica, casi tanto como la del ferrocarril, esa ya centenaria.

-¿Qué puede conllevar para la comarca ese tratamiento fiscal diferenciado?

-Primero tendríamos que saber qué es lo que se quiere hacer. Se ha hablado de bonificar el Impuesto de Sociedades, renta, algún tratamiento especial para los funcionarios. Por ejemplo, la plantilla del puerto es muy limitada y los tráficos no paran de subir. Hay cosas que se podrían analizar como bonificaciones a las inversiones y a los rendimientos empresariales, un tratamiento especial a las inversiones productivas. Algo que nos acerque un poco al entorno en el que nos movemos, en el que está Gibraltar, pero también Marruecos. Y lo que tenemos en Marruecos es una zona de libre comercio con beneficios fiscales, con beneficios a la inversión. En un mundo globalizado estamos en una zona, el Estrecho de Gibraltar, donde somos la parte débil en cuanto a las repercusiones fiscales y de incentivos. Estar en este sitio estratégico es una fortaleza pero la debilidad es que el entorno facilita más las condiciones a la inversión que nosotros.

-Los siete municipios de la comarca han acudido unidos a Fitur para buscar una marca Campo de Gibraltar. ¿Es extrapolable esa idea a otros ámbitos?

-Las mancomunidades son una idea loable en cuanto a mancomunar servicios, adelgazar la estructura de los ayuntamientos y gestionar los recursos de forma más eficiente. De una manera centralizada debe costar menos, por economía de escala. Esa es una cuestión que tienen que decidir los políticos pero sí sería deseable que la mancomunidad tuviera una capacidad de actuar en los servicios a los ciudadanos mucho mayor. En cuanto a la imagen exterior, es fundamental. Nosotros estamos todo el día aquí y parece que todo el mundo nos conoce, pero desgracidamente no es así. Cuando uno sale fuera hay que ir predicando porque el conocimiento de nuestra zona es bastante limitado. No hay que irse mucho más lejos de Cádiz para tener que explicar muchas cosas. Sevilla está un poco más lejos, Madrid más y Bruselas mucho más y esos son los centros de decisión.

-¿Y qué es lo que llega hasta allí de la comarca?

-Me he encontrado de todo. Por eso no paramos de invitar gente a venir. Hemos tenido reuniones con los grupos en el Congreso, me he llevado un vídeo de lo que es la comarca en temas portuarios y los diputados quedaron muy impresionados. Algunos te dicen que el puerto está detrás del de Barcelona. Y la AGI tiene que seguir predicando que aquí está el primer polo industrial de Andalucía y el segundo de España tras Tarragona. Hay ministros de industria que no lo conocían. Y de hecho no hemos conseguido todavía traer a ninguno.

-¿Por qué ese desconocimiento, esa falta de marca propia?

-Hay cuestiones que son nuestras propias, cada uno íbamos vendiendo lo que podíamos como podíamos. Eso hace años dejó de ser un problema porque el mensaje ya está muy metido en vena. Pero como decía antes los centros de decisión no están aquí. El primero de ellos es Cádiz, después están Sevilla, Madrid, Bruselas. Estamos lejos de esos espacios de decisión y no estábamos haciendo la labor de convencer al que debe actuar que sí hacían otros. Afortunadamante ahora tenemos buenos aliados en la Junta, el Gobierno y la oposición, lo que hace falta es que esa comprensión se traduzca en euros en los PGE. Nosotros estamos en una esquina. Si la capital de Andalucía fuera Algeciras la realidad del puerto sería completamente distinta.

-Se ha vendido la ITI como el proyecto clave para el impulso a la economía de la provincia de Cádiz.

-Más bien diría que la ITI de Cádiz puede ser una de nuestras últimas oportunidades de aprovechar fondos comunitarios de una manera muy significativa. Las cifras suelen variar pero está en el entorno de 1.300 millones de euros. Es mucho dinero y puede ser una de las últimas oportunidades de aprovechar bien unos fondos de la UE para crear un tejido empresarial más sólido y que descienda el paro de forma significativa.

-¿Cree que eso va a ocurrir, se aprovecharán bien los fondos?

-En la parte que nosotros podamos, con la experiencia de los años anteriores, vamos a procurar que sea así. De hecho, el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, anunció la ITI empleo y al día siguiente tenía cinco proyectos de las cámaras de comercio sobre la mesa. Vamos a trabajar para que se rentabilicen los fondos al máximo, no podemos esperar a los años de prórroga del programa marco y encontrarnos con que los organismos intermedios tienen una cantidad de recursos que no han gastado y haya que devolverlos, como ha pasado anteriormente, no de las cámaras precisamente. A partir de 2023 probablemente ya no seamos región de convergencia y las cofinanciaciones serán distintas. Hay que tomarlo como la última oportunidad.

-¿Tienen noticias de la nueva ley andaluza de cámaras?

-En 2010 hubo un decreto del Gobierno de España donde en la ley que nos regula se quitó un solo artículo que era la cuota cameral obligatoria, pero el resto sigue igual. A partir de ahí hubo un periodo transitorio hasta 2014, cuando el Parlamento aprobó la nueva ley básica de cámaras. Pero esa ley todavía hay que trasladarla a las comunidades autónomas y vamos a 17 modelos de cámara de comercio. La situación general es esa, que estamos esperando una nueva ley de cámaras de Andalucía que defina si la Junta va a asumir el coste de esos servicios. No pedimos que se mantenga la estructura, pero si hay un servicio público que se mantenga con fondos públicos. Estamos sometidos a tutela de la Junta, le mandamos los presupuestos para que los aprueben, las liquidaciones para que las verifiquen, estamos adscritos a la ley de transparencia. Somos necesarios, prestamos un servicio fundamental y eso lo sabe el que nos utiliza.

-¿Hay un solapamiento de algunas funciones con las de las patronales?

-Nosotros nos regimos por dos leyes, la nacional y la autonómica, con presencia de la administración en los órganos de administración y tenemos unas tareas muy concretas: defensa del interés general, no de las empresas asociadas; la formación; comercio internacional; la creación de empresas y la innovación. No nos metemos en lo que puede ser el elemento fundamental de una patronal que puede ser la negociación colectiva. Las cámaras son una herramienta mundialmente reconocida y que rige los destinos del comercio internacional desde la Cámara de París. Además, a esta casa se accede por elección, por sufragio universal y libre. La presidencia está a disposición de cualquier empresario que quiera estar. Yo me he sometido a cinco procesos electorales y estoy deseando que sea el próximo porque estamos en funciones.

-¿Estará Carlos Fenoy en ese nuevo proceso?

-Probablemente no. Intenté hace mucho tiempo cerrar ciclo, pero no pude por circunstancias sobrevenidas. No son años fáciles para haberse ido, por eso hemos querido afrontar las dificultades, por responsabilidad. Queremos que cuando llegue otro se encuentre una cámara con buena salud.

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